sábado, 25 de noviembre de 2017

El alcotán europeo
Comienzos

Remontémonos 20 años atrás, cuando más o menos empecé a interesarme por esta pequeña rapaz. Por entonces yo estaba haciendo la tesis doctoral con las rapaces nocturnas, pero con tantas horas de campo se podía ir sacando cosillas de otras especies que también me interesaban para empezar a estudiarlas. Además, hasta los 23 años fui cazador (cosas de familia) y tuve la oportunidad de observar frecuentemente al alcotán en septiembre, esperando a las hoy en día menguantes tórtolas comunes, o en octubre, al pase de la paloma torcaz. También vi matar unos cuantos, que con el tiempo supe que podrían tratarse de ejemplares reproductores, en septiembre, y me di cuenta de lo vulnerables que son por criar en fechas tan tardías. Tampoco fueron pocos los que caían todos los años en el pase, siguiendo los bandos de alondras y fringílidos. Ni que decir tiene que cada vez que veía matar uno se me encogía un tanto el corazón.


Pero, ¡vamos a centrarnos! El caso es que cuando empecé a interesarme en serio por el alcotán recurrí a lo que hoy en día busca cualquiera que quiera hacer algo con una especie: información. Hoy basta un clic para desbordarte de datos pero, por aquel entonces la cosa estaba crítica. Yo tenía el Atlas de los vertebrados continentales del País Vasco, publicado por Álvarez et al. (1985), donde se decía: "No es muy común en la CAPV. Se encuentran algunas parejas en la parte costera de la zona atlántica, francamente raro en la campiña interior, y vuelve a aparecer, escaso, al borde de algunos arbolados montanos lindando con landas y pastizales". Señalado en 24 cuadrículas, ninguna como reproductor seguro. De hecho, dicen "la mayoría de las observaciones de abril y mayo se anotan como posible, pues puede tratarse de individuos todavía en migración". No iban desencaminados, por lo que de 24 cuadrículas 10x10 km, muchas de ellas eran citas de ejemplares no reproductores.

Por otro lado, yo había visto algunos nidos de alcotán en llanuras cerealistas de Burgos. Allí los alcotanes crían en nidos de corneja y urraca en árboles aislados (nogales, chopos, sauces, etc), rodeados de trigo, como el de la foto. Por lo tanto, cuando comencé a reunir datos de la especie yo esperaba encontrar pocos ejemplares y con tendencia a zonas abiertas, campiña y brezales costeros o montanos.


Claro que, todavía podía estar buscando los nidos de alcotanes sin haber encontrado ninguno de haber seguido aquellas pistas. Afortunadamente, la experiencia me había mostrado que no hay que asumir nada y que hay que buscar en todos lados, por poco probable que sea el lugar. Por lo tanto, allá hacia finales de los noventa entre mi hermano, Julen, Lander Astorkia y Fernando Ruiz-Moneo comenzamos a buscar a este pequeño fantasma. Luego se nos unió Javier Elorriaga y, poco después, una larga lista de entusiastas naturalistas entre los que destaco a Agurtzane Iratea, Ainara Azkona, Iñaki Castillo y Sonia Hidalgo.

Para la gente que no conozca Bizkaia, deciros que es una territorio eminentemente forestal, pero dominado por plantaciones de pinos (principalmente Pinus radita) y eucaliptos. En dichas condiciones, ¿donde encaja el alcotán? A continuación incluyo dos imágenes de dos tipos de paisajes: uno con parcelas de bosque natural, pastizales, pinares y calvas debidas a talas a hecho y otro con un mar de pinos y eucaliptos.



Cualquiera que hubiese leído algo sobre el alcotán hace dos décadas, habría descartado ambas zonas. Quizá la primera se podría ajustar algo pero, por supuesto que la segunda era una zona en la que los esfuerzos de búsqueda serían del todo baldíos. Ese es el clásico error que se cometía por aquel entonces. Utilizar la escasa información existente, muchas veces esbozos de algo, para prejuzgar donde debía estar la especie seleccionada para estudiar. Pues bueno, como comentaré más adelante, afortunadamente nosotros no prejuzgamos nada y localizamos nidos de alcotanes en donde supuestamente no deberían estar.