sábado, 29 de octubre de 2016

Gavilán común: Plumaje juvenil primer/segundo año de calendario

Como todas las aves, los pollos de gavilán tienen unas pocas semanas para desarrollar todas las plumas de vuelo. Desde que empiezan a asomar las rémiges y rectrices a los 14-18 días, hasta que acaban de crecer apenas transcurren 25 días. Hasta entonces el pollo derivaba toda la energía en un crecimiento exponencial del cuerpo, pero poco a poco la inversión se traslada al crecimiento de las plumas, de forma que durante los últimos diez días prácticamente toda la energía se destina a este propósito. Por su parte, durante el resto de su vida, las plumas de vuelo se mudarán paulatinamente, como hemos visto en la anterior entrada, necesitando dos o tres semanas para que una pluma nueva crezca del todo y aproximadamente cuatro meses para hacer una muda completa. Por lo tanto, las plumas juveniles, que crecen a la vez, rápido, no pueden ser de la misma calidad que una pluma que va creciendo con tiempo, pausada, y enfocando la energía en su crecimiento. Por este motivo, las plumas de vuelo de los juveniles suelen ser más estrechas y débiles que las de los adultos. Este sería un criterio básico para diferenciar plumaje juvenil de adulto de todas las aves rapaces.

Por otra parte, el plumaje de cobertura de los gavilanes jóvenes presentan un ribeteado beig muy característico. Todas las cobertoras menores, medianas, mayores, supracaudales, etc., presentan el ribete de color beig como se muestra en la foto. Este borde beig se puede ir desgastando con el paso del tiempo, pero se puede apreciar perfectamente un año después, como veremos más adelante. ¡Ojo con este diseño que será muy útil!


Además, si esto no fuese suficiente, nos podemos fijar en las pumas de vuelo, PP y SS. En la foto de arriba la P1 y P2 están dobladas hacia afuera y podrían llevarnos a confusión. Si nos fijamos en ese plumaje vemos como todas las SS y PP tienen un color parecido, un mismo tono y brillo y un desgaste (o ausencia de desgaste) en todas las rémiges por igual. Esto nos indica que este ave no ha realizado ninguna muda.

En la siguiente foto muestro los hombros de un ejemplar capturado en enero. Se aprecia perfectamente todo el ribeteado beig de cada una de las cobertoras.



Si seguimos los trucos que presenté en la entrada anterior, podemos analizar el estado del plumaje con más detalle. Fijaos en la siguiente foto, de un ave capturada en octubre, en posición ventral. Os presento tres flechas, en la P1 y en las SS1 y 5, que son la primera P y las primeras SS que mudan los gavilanes. Atendiendo al patrón de muda, en octubre un gavilán debería estar acabando la muda, pudiendo tener aún alguna SS (p. ej. S4 y S8) y la P10 por mudar. En tal caso, habría un desgaste diferencial entre las primeras plumas mudadas en julio y las últimas, de octubre. En el caso de la foto no se aprecia ningún cambio de color, brillo, tono ni desgaste. Fijaos en las SS, que tienen el borde intacto, sin los flecos que se originan por el desgaste y la abrasión de los elementos. Este plumaje es uniforme, todas las plumas crecieron a la vez, por lo tanto es un juvenil, de primer año de calendario.



En la cola veríamos otro tanto (ver foto). Fijaos que todas las cobertoras presentan el ribete beig. Además, todas las rectrices muestran un color, brillo, tono y desgaste homogéneo, salvo porque alguna pluma pueda estar parcialmente rota, probablemente debido a una mala posición en un lance de caza.


En esta otra cola se aprecia un ligero desgaste de todas las plumas. Se debe a que este ejemplar fue capturado en enero (segundo año de calendario). Ya se van notando los estragos del sol, la lluvia y el viento, además de las horas de caza contra arbustos, ramas y el suelo, que van erosionando las puntas de la cola. Sin embargo, todas las plumas presentan un patrón homogéneo. Además de ser muy patentes las cobertoras supracaudales con el ribete beig.


Además del más que característico patrón del plumaje, en el caso de los gavilanes, el iris puede resultar de ayuda en este primer año de vida. Los gavilanes tienen los ojos verdes cuando son pollos (ver foto).


El iris va cambiando a blanco amarillento al volar, y se va tornando a un color amarillo pálido a lo largo del otoño e invierno. En la primavera el color del iris irá tornándose a un amarillo más intenso (lo veremos en próximas entradas). Por de pronto, la cabeza de los gavilanes de primer año e invierno de segundo año es inconfundible. 

Esta es una hembra oscura, con iris amarillo pálido y todo el ribeteado beig. Aunque no lo tengo claro del todo, pues necesitaría recapturar un mayor número de ejemplares anillados, este patrón de juvenil pardo oscuro se correspondería con un gavilán ibérico.


En este otro caso, el iris sigue siendo amarillo pálido, se nota perfectamente el ribeteado beig, pero la cabeza muestra una gran profusión de plumas blancas. Este ejemplar estaba anillado y procedía de Holanda. Supongo que, como pasa con tantas otras rapaces, los ejemplares nórdicos tenderán a mostrar tonos más claros. No obstante, ¡habrá que demostrarlo!




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