lunes, 28 de diciembre de 2015

LA GINETA

LA GINETA EN BIZKAIA


Cuando era un estudiante universitario creía que la gineta era un mamífero esquivo, escaso y relegado a las zonas más agrestes de Bizkaia. Mi primer contacto con este animal fue cuando un vecino mató dos ejemplares en Martiartu y se los disecó un amigo, allá por 1986. Poco después, otro amigo colocó una trampa en Unbe, Erandio, y no tardó en capturar una. Por aquel entonces conocí a Esteban Camacho que estaba desarrollando un proyecto de estudio de ginetas. Esteban las estaba trampeando y ya había capturado varios ejemplares.
Un buen día de finales de los ochenta, paseando con Marcos Muñoz por una de las laderas del Gorbeia, en un paisaje nevado, nos encontramos de bruces con una gineta que estaba en un claro del bosque, en medio de un pradito en donde la nieve se había derretido parcialmente. La gineta estaba tomando el sol del mediodía, tumbada, dormida sin enterarse que nosotros estábamos allí. Despertó súbitamente y de unos brincos se subió a un haya metiéndose por el agujero de una rama. Nosotros también subimos al haya y, por una ranura, pudimos ver a escasos cm de la cara al animal hecho una bola en su hueco. Aquella imagen supuso un punto de inflexión importante para mi futuro.
En los años siguientes me he acordado muchas veces de aquel momento ya que ver una gineta de día en el campo es algo que poca gente ha tenido el placer de hacer. Yo las he visto unas cuantas veces más de día y muchas de noche, pero de forma muy escasa teniendo en cuenta su población. De hecho, se trata de un auténtico fantasma.

¿Cómo se estudia a un fantasma? 

Desde 1992 me he dedicado a anotar todas las citas de carnívoros de Bizkaia, incluidas, obviamente, las ginetas. En estos 23 años he recogido los datos de atropellos, animales matados por cazadores/furtivos, huellas-rastros-excrementos, madrigueras con cachorros, cámaras-trampa y trampeo con cajas-trampa de vivo.

Huellas y excrementos: Los rastros de la gineta son difícilmente confundibles con los de cualquier otro carnívoro. En la entrada anterior (Gato montés) puse como diferenciarlos del gato. 

Huellas de gineta. Este animal pasó corriendo (la parte delantera de las almohadillas digitales están más profundas, las manos sobre los pies, etc.). Nótese que marca el quinto dedo!


En cuanto a los excrementos, son de forma y tamaño similares a los de cualquier zorro, por lo que no resulta fácil diferenciarlos si se encuentran de forma aislada. No obstante, la gineta desprende un olor "dulzón" diferente del almizcle del zorro. Además, las ginetas tienen la costumbre de hacer grandes letrinas en zonas elevadas (piedras, troncos, puentes, etc.), lo que las hace inconfundibles. No depositan las heces en agujeros como los tejones y las letrinas de garduña son reconocibles por sus excrementos más delgados (como un meñique) y retorcidos sobre su eje.

Atropellos y muertes por disparo/cepos: Las ginetas no sufren la tasa de atropello que pueden sufrir los zorros, garduñas o tejones. No obstante, no es raro localizar ejemplares atropellados. Tampoco padecen las tasas de persecución de otros carnívoros, pero son muchas las que se abaten todos los años con cepos/trampas en los gallineros.

Gineta cruzando las vías del tren Bermeo-Gernika


En el siguiente video muestro al culpable - inocente. Me explico: yo tenía una gallinero a prueba de carnívoros, pero no estaba preparado para evitar la entrada de ratas. Las ratas se suelen cobrar la vida de gallinas y otras aves de corral y la culpa se suele echar a las ginetas y semejantes. La diferencia entre unos y otros estriba en que las ratas matan las gallinas de una en una y se comen la cabeza y el cuello (se notan las incisiones de los dientes en los huesos) y pueden acabar con todo un gallinero en varias noches seguidas. Mientras que una gineta, garduña o zorro mata todas las gallinas que puede de una vez, para llevarlas poco a poco. Por otra parte, la presencia de ratas en torno a un gallinero es un atractivo para una gineta, que las da caza sin cuartel. Así que cuando el dueño de un gallinero detecta una gallina muerta pone una trampa preparada para carnívoros, no para ratas, pensando en un culpable grande. Así que la gineta que estaba cazando ratas cae en la trampa y es sacrificada como culpable del delito. Eso si, las gallinas siguen muriendo y el casero sigue insistiendo con la trampas. En mi caso, coloqué la gallina muerta delante de la cámara y obtuve imágenes de ratas y de esta gineta que no iba a desaprovechar tan valioso botín. En mi caso coloqué trampas para capturar ratas hasta que di con la rata depredadora. Una vez eliminada la rata cebada en gallinas se acabó el problema.


En el año 2000 estábamos realizando el radio-seguimiento de cuatro ginetas en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Una de ellas pasaba muchas horas de caza cerca de un caserío y en varias ocasiones la localizamos dentro de la cuadra. Así que fuimos a preguntar a los dueños sobre posibles efectos, ocultando nuestro interés. Nos sorprendió cuando nos dijeron que no les faltaba ninguna gallina. Les preguntamos si habían visto ginetas por la zona. Nos dijeron que no había ginetas, que hace años mataron una que les entraba al gallinero y que desde entonces no habían vuelto ha sufrir daños. Esa gente desconocía que la gineta les entraba con frecuencia para cazar los abundantes roedores que se cebaban con el grano de las gallinas.

Madrigueras con cachorros: No es algo que se encuentre todos los días. En estos años he recopilado algunos registros. Así, Fernando Garitagoitia localizó dos cachorritos pequeños en el hueco de un roble trasmocho en Mallabia, dejándolos tranquilos. En otra ocasión, realizando un seguimiento de una obra en Boroa, Amorebieta, el conductor de una retro-excavadora me avisó que había dos cachorritos en el borde de un zarzal que iba a ser eliminado. Así que detuvimos la obra. La gineta había tenido a los cachorros dentro del zarzal, en una cama, y con poco más de mes y medio estos ya estaban saliendo por lo alrededores a enredar mientras esperaban a su madre. Esta les traía roedores, lagartijas, pájaros, etc. con los que jugaban largas horas.

Cámaras -trampa: Como ya mencioné en mi anterior entrada, la del gato montés, durante los últimos años he utilizado hasta 25 cámaras-trampa a la vez por todo el Territorio de Bizkaia. La mayoría de las veces se trataba de trabajos realizados para el Dpto de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Bizkaia. Aunque también hubo un trabajo específico para Ihobe, Gobierno Vasco, y un buen montón de jornadas por cuenta propia para rellenar huecos de conocimiento en ciertas zonas. En estos trabajos, la gineta es, sin duda, uno de los protagonistas más frecuentes.

Trampas de captura en vivoDurante estos años he participado en varios proyectos de estudios de carnívoros en los que se empleaban cajas-trampa para al captura en vivo. Las primeras trampas que utilizamos (en Bizkaia) fue en un proyecto, para la Diputación Foral de Bizkaia, conjunto entre Estudios Medioambientales Icarus y la Consultora de Recursos Naturales. En este trabajo trampeamos durante el otoño-invierno de 1997-1998 en el Parque Natural de Urkiola. Empleamos 1778 trampas/noche y sólo capturamos 3 ginetas. Una de ellas fue equipada con un transmisor y seguida durante los siguientes meses (ver más abajo).
En un segundo proyecto, junto al grupo de quirópteros de la UPV/EHU y financiado por el Gobierno Vasco, trampeamos en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Utilizamos 2262 trampas/noche en el invierno de 1999 y el de 2000. Capturamos 21 ginetas diferentes, de las cuales equipamos a tres machos con transmisores y las seguimos durante un año entero.
Finalmente, dentro de los estudios y trabajos de gestión del visón europeo para la Diputación Foral de Bizkaia, con la colaboración de la guardería, hemos utilizado 30.163 trampas/noche entre 2004 y 2014, capturando un total de 145 ginetas.

La distribución de la gineta en Bizkaia 

En base a los métodos citados y eliminando las citas más antiguas, he compuesto un mapa de la distribución de la gineta en Bizkaia con un total de 575 localizaciones del periodo 2007-2014. En este mapa se observa como este carnívoro está bien distribuido y resulta abundante en todo el Territorio Histórico de Bizkaia. 


Distribución de ginetas en Bizkaia.


Biometrías de la gineta 

Las ginetas que capturamos durante estos años fueron medidas, sexadas y datadas. Pero, ¿cómo se toman las biometrías de una gineta? Para registrar los datos consideramos no estresar más de la cuenta al animal capturado. Así, los trabajos se desarrollaban en el lugar de captura, no se empleaba anestésicos, pues suponen la sujeción del animal, el suministro del fármaco y una etapa de recuperación. Para el caso de la colocación de collares transmisores si que se empleaban anestésicos, en este caso Zooletil, para poder trabajar con la calma necesaria.
Con la gineta en la caja trampa, se utiliza un saco de tela que se coloca en la boca y se abre la puerta para que la gineta salga de la caja y entre en el saco. Una vez en el saco, se cierra y se ajusta la tela para que el animal no se mueva. Con ayuda de un dinamómetro se pesa el saco + el animal.

 Jabi Zabala y yo pesando una gineta


Ya tenemos el peso. Luego, se sujeta la cabeza con unos guantes ligeros (para evitar arañazos) que permitan medir la fuerza con la que se agarra al animal. Se saca del saco, inmovilizando los cuartos posteriores con la otra mano. El paso más difícil es cambiar la mano que sujeta la cabeza, por encima del saco a por debajo del saco. Se recomienda llevar protegidos los antebrazos con una chaqueta, para vitar arañazos.

Sujetando una gineta. No hace falta aplicar fuerza, sólo maña.


Una vez fuera, con una mano sujetándola por el cuello, pero sin apretar para no ahogar al animal, y con la otra en los cuartos traseros para que no se balancee y retuerza, la otra persona mide rápidamente la longitud del cuerpo y la cola.

Para medirlas, se coloca contra el suelo, evitando que se mueva mucho. Mientras uno la sujeta el otro la mide. Una persona sola no puede hacerlo.


Asimismo, revisa las gónadas para determinar el sexo, los dientes para la edad y se chequea en busca de parásitos. Todo esto en apenas unos minutos.

Ojo! el aparato genital de las hembras es muy parecido al de los machos. Estos no muestran el pene como ocurre en la mayoría de los carnívoros. La diferencia estriba en que a los machos se les nota los testículos, incluso en los jovencitos.


Seguido se libera el animal, que ha sufrido una experiencia estresante, pero que no repercute en su salud. De hecho, algunos ejemplares los volvimos a recapturar varias veces, a pesar de pasar por este trance. Lo que resulta muy importante es tener claro que el bienestar del animal es prioritario.
Seguramente habrá gente a la que no le parezca bien que se manipule así a los animales e, incluso, aborrezca estas imágenes. ¡A mi me pasaría! No obstante, si queremos saber más es preciso tomar datos. Una vez que publicamos los datos sobre biometrías y dimorfismo no volvimos a hacer pasar por este trago a ninguna gineta más, liberándolas sin manipularlas.

En los años que he trabajado con estos animales sólo he tenido un problema. Estábamos Aitor Galarza (Dr en biología y guarda de Diputación) y yo listos para medir una gineta que habíamos capturado en Urdaibai. Cuando la fuimos a sujetar le dio un infarto y su corazón se paro y dejó de respirar. Inmediatamente me puse a reanimarla como lo haría con un humano: intercalando el boca a boca con masajes cardíacos. Tras varias repeticiones, de pronto sentí como el animal se activó y cogió una bocanada de aire. Le ayude un rato más con ejercicios de movimientos de brazos para facilitar el flujo sanguíneo y nos apartamos. La dejamos tranquila, acicalándose, como se puede ver en la siguiente imagen. Y desde la distancia esperamos a ver su reacción. Tras lamerse todo el cuerpo, se levantó, se puso a andar, nos miró y se marcho corriendo hacia el encinar. Se podría pensar que estoy un poco loco por hacer el boca a boca a una gineta, pero la angustia que sentía por aquel animal me obligó a reaccionar de aquella manera.


Con estos datos publicamos un artículo junto a investigadores de Catalunya y Portugal para ver diferencias geográficas en la península Ibérica. El artículo completo se puede descargar en este enlace:

Vimos que los machos son ligeramente más grandes que las hembras, pero las diferencias sólo son significativas en la medida de la cola y el peso, no en la longitud corporal. Así, las hembras vizcaínas son de 48,± 3,0 cm + 39,9 ± 1,7 cm (longitud corporal + cola) y pesan 1529 ± 158 g, mientras que los machos son de 50,7 ± 2,8 cm + 41,5 ± 1,2 cm y pesan 1745 ± 156 g. 
Además, vimos que las ginetas son más grandes y pesadas al norte de la península, en Bizkaia, siguiendo la regla de Bergman, aunque mantienen los índices de dimorfismo sexual en toda la geografía estudiada.

El área de campeo de la gineta en Bizkaia 

Los tres machos adultos seguidos con radio-transmisores en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai nos mostraron que pueden tener áreas de campeo relativamente amplias dependiendo del hábitat disponible. Así, un macho abarcaba una superficie de 10.16 Km2, mientras que los otros dos se quedaban con 3,39 y 2, 12 Km2 respectivamente. 
Home range size and habitat use of male common genets in the Urdaibai biosphere reserve Northern Spain
Por su parte, la hembra joven que seguimos en el Parque Natural de Urkiola tenía un área de campeo muchísimo menor, de 0,53 Km2.

Periodos de actividad y movimientos 

Las cuatro ginetas radio-seguidas mostraron hábitos nocturnos. Cuando estaban encamadas en entornos de densa vegetación, como es el caso del encinar cantábrico, las ginetas comenzaban a moverse antes del crepúsculo. Sin embargo, cuando el encame estaba en zonas próximas a entornos humanizados, con menos protección, esperaban a la oscuridad para salir.
De cuando en cuando, sobre todo en zonas de mucha tranquilidad (encinar cantábrico de Arteaga o hayedo de Urkiola), las ginetas se activaban de día, a veces para tomar el sol tumbadas en los claros del bosque.
Una vez anochecido se ponían en movimiento y recorrían su área de campeo combinando desplazamientos rápidos con paradas intermitentes. No podíamos verlas, pero por la forma de moverse parecía que se desplazaban de una zona de caza a otra, exploraban el entorno en busca de presas y si encontraban alimento se quedaban a consumirlo. Así, cuando andaban cerca de casas solían detenerse durante largas horas y se encamaban durante la noche en zarzales. Con los restos que encontrábamos lo interpretábamos como la captura de presas grandes, ratas principalmente, que las llevaban a una zona tranquila para comerlas y después echarse una siesta con el estómago lleno. Posteriormente, horas más tarde, seguían sus desplazamientos que finalizaban antes de amanecer.
Uno de los machos de Urdaibai se desplazó en una noche cuatro km desde el encinar de Arteaga hasta una higuera situada en unos prados, en otro valle. La higuera estaba madura y permaneció allí toda la noche y al día siguiente, comiendo higos.
En otra ocasión detectamos a un macho andando por una zona de chalets, en Busturia. Presumiblemente estaba buscando roedores domésticos. Desde el coche lo pudimos ver como subía las escaleras de uno de los chalets y se tumbaba en el pasamanos, al lado de la puerta, donde permaneció durante un largo periodo.

Selección del hábitat y territorialidad

Los tres machos de Urdaibai mostraron una clara selección por los bosques, principalmente por el encinar cantábrico, tanto para campear como para encamarse. No obstante, apenas utilizaban las plantaciones de pinos y eucaliptos que se encontraban dentro de su territorio.
Además, vimos que la gran diferencia de superficie del área de campeo podía ser debida a un comportamiento de exclusión territorial, por el que el macho más fuerte obligaría al otro a utilizar recursos alternativos, debiendo desplazarse distancias más largas para conseguirlos. De hecho, suele ser habitual encontrar cicatrices de peleas en orejas y hocico, sobre todo en machos adultos.
Territorial behaviour between male Common Genets
La hembra joven seguida en Urkiola no salió en ningún momento del hayedo trasmocho del Izpiste. Lo que da una idea de la alta calidad biológica de este tipo de bosque para que un depredador, como la gineta, pueda mantenerse en exclusiva de lo que se produce en este entrono.

Gineta buscando roedores debajo de un puente. En la arena de este tipo de estructuras se localizan con frecuencia los rastros y en las vigas que pasan el puente por debajo se suelen ver las letrinas que utilizan como marcaje de territorio.

Por otra parte, en un análisis de las variables que modelan la selección del hábitat de la gineta en Bizkaia, publicado en Folia Zoologica (enlace de abajo), vimos como la gineta es oportunista en lo que al hábitat se refiere. Si bien, variables como la densidad del bosque, la estructura vegetal y la altitud conforman sus preferencias. Las ginetas son eminentemente forestales, encontrándose en mayor densidad en bosques cerrados, como son los encinares cantábricos, donde se mueven a sus anchas. El tipo de bosque no es una variable fundamental, sino su estructura. Así, los bosques maduros y con un sotobosque complejo, son más atractivos para las ginetas, ocurriendo justo lo contrario con las plantaciones jóvenes. Los pinares y los eucaliptales son, en muchos casos, estructuras muy simples de monocultivos que apenas cuentan con valores ambientales. Sin embargo, los pinares maduros, con regeneración natural de sotobosque, se comportan como hábitats adecuados para las ginetas.
Otra de las variables significativas fue la altitud, de forma que las ginetas se hacen escasas, aunque no ausentes. en los bosques más altos.

Los bosques de ribera. aunque sean una hilera de unos pocos metros de ancho, son corredores excepcionales para la ginetas. Estos bosques les permiten trasladarse de una zona a otra de su territorio sin tener que pasar por espacios abiertos, donde se sienten vulnerables.

Gineta moviéndose por una ribera.


Refugios

Las ginetas de Urdaibai se encamaban en marañas de vegetación. Cuando se encontraban en el encinar cantabrico se encamaban en lo más recóndito, en agujeros bajo las grandes piedras del paisaje kárstico, pero cuando estaban en riberas o en plantaciones, solían encamarse dentro de grandes zarzales, en el suelo. Rara vez repetían el mismo encame.
Durante el seguimiento de la hembra de Urkiola, conseguimos caracterizar nueve refugios que utilizó en 14 ocasiones. A pesar de encontrarse en un hayedo trasmocho, con gran disponibilidad de huecos en las hayas, la gineta siempre se encamaba en agujeros entre rocas. Este comportamiento estaba favorecido por la presencia de grandes bloques de piedras calizas que, a buen seguro, resultaban más secas y con mayor abrigo térmico que los troncos.

Reproducción

En invierno suele producirse un celo, durante el cual las hembras sufren la dilatación de la vulva, por donde emana un líquido muy oloroso que va perfumando los movimientos de la gineta. Por su parte, los testículos de los machos se hinchan. Estos siguen los rastros olorosos de las hembras de su territorio. Yo nunca he visto una cópula de ginetas, pero las he escuchado emitir chillidos nocturnos que me sugerían una situación de estas características.
En primavera, mayo-junio, tiene lugar el alumbramiento que, como ya he mencionado antes, puede ser en el hueco de un árbol, entre piedras o en una cama de hojas en un zarzal. 
En verano entran en un segundo celo. No tenemos claro si este celo lo tienen las hembras que han perdido los cachorros de la primavera, o si pueden entrar en un doble celo mientras amamantan a los cachorros. Lo que si está claro es que algunas hembras suelen tener los cachorros en otoño, llegando a detectar partos a finales de octubre. En este sentido, en 2010 publicamos un articulo en el que mostrábamos los datos de esta segunda reproducción:
Late summer early winter reproduction in common genets
Los cachorros suelen permanecer en el territorio materno durante un mínimo de cuatro meses, aunque hemos capturado jóvenes ginetas (ya sin dientes de leche), acompañando a hembras adultas (madres). 

Alimentación

Como ya he dicho anteriormente, la gineta es un carnívoro forestal bastante oportunista en cuanto a las exigencias ecológicas. Con la dieta ocurre otro tanto. Aunque es un magnífico depredador de roedores, que constituyen la base alimenticia en Bizkaia, acecha y atrapa pájaros y sus nidadas, reptiles, anfibios e invertebrados, principalmente escarabajos. Además, consume con cierta asiduidad los frutos y bayas de temporada. Son muy atractivos los frutos con un alto contenido en azucar, como las uvas y los higos. Aprovecha, además, todas las especies de arbustos frutescentes de nuestro entorno, desde las moras hasta los majuelos, laureles, madroños, e tc.
Las ginetas son hábiles cazadoras que trepan perfectamente por los árboles y dan grandes saltos, como se puede ver en la foto.


En este video se observa como un jovenzuelo se sujeta sin mucho esfuerzo en un tronco vertical.
Tanto los pájaros, como este petirrojo, como las bajas, como las de este majuelo, entran en el variado menú de las ginetas.







sábado, 24 de octubre de 2015

El Gato Montés

El Gato Montés. ¡Dando pasos!

Cuando acabé la carrera en 1992 ya estaba fuertemente interesado en esta especie. Intenté conseguir una beca para desarrollar la tesis doctoral, pero no pudo ser y los acontecimientos me llevaron por otros caminos. No obstante, sigue siendo uno de mis carnívoros predilectos, lleno de misterio y todavía un gran desconocido de nuestra fauna.
Durante los últimos 23 años lo he seguido,principalmente en el sector occidental de Bizkaia, Encartaciones. En esta región, el biólogo Pedro Abad (Parque Ecológico Karpin) y yo hemos pasado varios años colocando cámaras de foto-trampeo buscando al esquivo felino y tratando de echar un poco de luz a sus sombras. Además, el trabajo de campo desarrollado para varios proyectos de visones, nutrias y martas, entre otros, me llevaron a rastrear y colocar cámaras en todo el Territorio Histórico de Bizkaia. En algunos momentos he llegado a utilizar 25 cámaras a la vez de cinco modelos diferentes. Aprendí que las cámaras de foto trampeo no eran lo maravillosas que uno creía y me frustre con grandes dosis de fallos. Así, los rastros en la arena o barro evidenciaban la presencia del gato en la posición adecuada pero la cámara no había registrado ninguna imagen. Esto ocurre porque 1) el animal pasa rápido y el sensor de detección de movimiento va con cierta demora, obteniendo una imagen vacía; 2) el frío ralentiza el funcionamiento de las pilas y del sensor, llegando a no dispararse; 3) el agua y la humedad siempre presente en nuestros montes empaña la lente y el sensor y humedece las baterías, causando el mal funcionamiento; 4) el flash de infrarrojos es demasiado potente y quema toda la imagen o demasiado flojo y no se percibe nada. En fin, que las cámaras son muy útiles para sacar imágenes de este u otro carnívoro, pero dejan mucho que desear para desarrollar metodologías de presencia/ausencia. Los datos de presencia se utilizan con el software Presence para estimar ocupación y ocurrencia, dos estadísticos muy útiles para estos trabajos. Sin embargo son pocos los datos positivos y habrá que afinar un poco más para conseguir resultados mejores.

Pero, ¿cómo estudiar a este esquivo felino? En algunas zonas de los Picos de Europa resulta bastante fácil observar a los gatos monteses cazando topillos en los prados a plena luz del día. Esto no suele ocurrir en Bizkaia. Aquí los gatos se convierten en moradores de la noche y de cuando en cuando se puede ver alguno de día, pero no resulta nada fácil. Por lo tanto, para su detección hay que utilizar las búsqueda de rastros. No obstante, las huellas de los gatos monteses son idénticas que los de los gatos domésticos. En la siguiente foto muestro la mano sobre el pie de un gato. Los gatos marcan cuatro dedos (almohadillas) redondeados ocupando un semicírculo que bordea a una gran almohadilla palmar que rellena todo el hueco de la huella. No suelen marcar las uñas, aunque a veces se puede ver que el animal las ha sacado para evitar resbalarse en el barro.

Huellas de gato


La única confusión posible es con las huellas de la gineta (foto inferior). La gineta suele marcar cuatro dedos, pero si el terreno es adecuado, como el de la foto, se imprime un quinto dedo muy desplazado del resto hacia abajo. Sin embargo, la almohadilla palmar de la gineta es lobulada, como un croissant y debajo suele aparecer otro pequeño lóbulo separado. Las uñas, como las del gato, son retráctiles. En el caso de la fotografía se ve que las ha sacado en la huella de la derecha.

Huellas de gineta



Ahora bien, detectar la huella de un gato es un paso, pero lamentablemente nuestros campos y montes están llenos de gatos domésticos y cimarrones (domésticos asilvestrados), por lo que no es suficiente como para confirmar la presencia del montés. Ni siquiera las cumbres más altas están libres de los domésticos. Así que es preciso emplear cámaras de foto-trampeo para confirmar que tras esas huellas hay un gato montés. Esto lo convierte en un trabajo muy tedioso y con pocos éxitos.

Gato doméstico cazando un conejo al anochecer



Otra fuente de información suele venir de los atropellos en las carreteras, que se cobran cientos de vidas de carnívoros todos los años, incluyendo algunos gatos monteses. Sin embargo, lo habitual es que se trate de gatos domésticos.

¿Cómo diferenciar al gato montés de los gatos domésticos? Yo no voy a extenderme mucho en las diferencias entre uno y otro. Simplemente incluyo este link (http://gatomontescantabrico.blogspot.com.es/2014/03/identificacion-de-gato-montes-felis.html) de un blog en el que se muestran los detalles para la correcta identificación. ¡Merece la pena!
Si que quiero apuntar que las confusiones son muy frecuentes y se suele clasificar a menudo a los domésticos como monteses.
Por ejemplo, en la foto de abajo se observa a un gato doméstico atropellado en una carretera secundaria en la Sierra de Ordunte y que podría dar el pego. No obstante, como detalle principal, la cola no presenta el patrón de rayas adecuado, ni es del grosor y de la largura de un montés. Precisamente, en este mismo punto he visto varias veces a un gato montés macho y muchas otras a gatos cimarrones.

Gato doméstico atropellado



En esta otra foto muestro la foto de un gato montés atropellado en la carretera de Otxandio-Barazar y que encontró Gorka Burgos en agosto de 2014. Las almohadillas negras, las rayas en los antebrazos, muslos y cara, la raya longitudinal que recorre su dorso desde la nuca hasta la cola, la cola gorda acabada en una gran mancha negra y con tres rayas subterminales definidas, así como su longitud, son caracteres típicos de  gato montés.

Gato montés atropellado en Otxandio



De la misma forma, en la siguiente foto muestro otro ejemplar atropellado en una carretera vecinal de la Cuadra (Ganekogorta) en noviembre de 2011. Resulta muy llamativa la gran longitud de la cola, así como su grosor.

Gato montés atropellado en La Cuadra


Por otra parte, no faltan datos de gatos abatidos por cazadores o muertos en cepos. Por ejemplo, en el P.N. de Urkiola en 1997 nos encontramos los restos de un montés con tres agujeros de perdigones en la cabeza. El cráneo de este animal fue donado al parque ecológico el Karpin, Karrantza, donde forma parte de sus exposiciones. En las fotos siguientes se puede observar a un gran macho viejo que fue atrapado en un cepo de furtivos en Artzentales. Afortunadamente para el animal fue llevado al centro de recuperación de fauna silvestre, donde fue operado de una seria fractura de la pata derecha y tras semanas de curas y rehabilitación fue recuperado y liberado.

Gato montés anestesiado y listo para ser operado



El desgaste de los colmillos y las cúspides de los premolares y molares nos dice que se trata de un animal viejo. El color pálido de las encías nos indica que se encuentra en un mal estado.



Tras la operación el gato es llevado a la "UCI"




La distribución del gato montés en Bizkaia

Utilizando la información contrastada de fotos, videos, atropellos y capturas de ejemplares he generado un mapa de distribución de los últimos 10 años (2005-2015).

Distribución de las citas de gato montés en Bizkaia

En este mapa se observa que el gato montés se distribuye preferentemente por el tercio occidental de Bizkaia, entre Balmaseda, Artzentales, Turtzios y Karrantza. Me consta que se han encontrado ejemplares en el P.N. de Gorbeia (sur de Bizkaia), pero yo no he conseguido identificaciones positivas en este parque. No obstante, las dos citas de atropellos entre el P.N. de Urkiola y el del Gorbeia es un indicador de la presencia de la especie en la Divisoria de Aguas, Montes Vascos, entre Bizkaia y Alava.
Hay que decir que fuera de estos enclaves y a pesar de haber empleado un gran esfuerzo con cámaras de foto-trampeo, no he detectado ningún ejemplar de gato montés y si muchos gatos domésticos. No puedo afirmar rotundamente que no haya gatos monteses en la mitad norte de Bizkaia, pero las probabilidades son remotas. Hay que tener en cuenta que entre el Gran Bilbao y la muga con Gipuzkoa el paisaje está dominado por plantaciones de pinos y eucaliptos con campiña atlántica y alta presencia de caseríos y núcleos rurales y urbanos donde abundan los gatos domésticos y cimarrones. Parece probable que la pérdida de los bosques naturales y la inmensa competencia con el gato doméstico fuesen la causa de la desaparición del montés de este sector de Bizkaia varias décadas atrás.
Además, el gato montés se hibrida con el doméstico, por lo que en una situación de escasez de gatos monteses y abundancia de gatos domésticos, los cruzamientos continuos habrían derivado hacia el dominio de los genes del segundo, causando la desaparición del primero.
De hecho en noviembre de 1997 colocamos un transmisor a un macho de montés en el P.N. de Urkiola (Zuberogoitia, I., Campos, M.A., Torres, J.J., Onrubia, A., Campos, L.F. & Sáenz de Buruaga, M. 2001. El gato montés en el Parque Natural de Urkiola ¿podemos considerar extinguida la especie?. Est. Mus. Ciencias Nat. Álava (16):205-210.). Durante su seguimiento hasta junio de 1998 pudimos aprender sobre su ecología y comportamiento, pero lo que nos impacto más fue el carácter fuertemente reservado del animal que se convirtió en atrevimiento extremo cuando las gatas domésticas entraron en celo entre febrero y marzo. Hasta entonces este animal era muy esquivo y siempre estaba en los bosques más frondosos de hayas y robles, hasta que una noche lo encontramos rondando un caserío. De día se había encamado en la cuadra del caserío y la dueña del mismo nos dijo que un gran gato estaba pegando a los suyos y copulando con una hembra que había entrado en celo. Esto lo repitió en varias ocasiones, echando a los machos de doméstico y copulando con las hembras en los alrededores de los caseríos. Cuando paso el celo regresó a los bosques y a su comportamiento huraño.

Muestras de algunos gatos

En las siguientes imágenes muestro algunos de los gatos fotografiados por diferentes cámaras trampa en distintos puntos de Bizkaia. Para obtener estas fotos se emplearon cebos olorosos. Al igual que ocurre con los tigres y otros felinos, se puede utilizar el patrón de las manchas y rayas para identificar individuos.












Conforme fueron pasando los años fui perfeccionando la técnica de colocar cámaras e incrementando los éxitos de captura de imágenes. Si años atrás buscaba pasos adecuados para colocar las cámaras, ahora busco las huellas y los rastros y una vez detectados me centro en localizar pasos adecuados de alta frecuencia de uso para colocar las cámaras. De esta forma me aseguro de aprovechar el recuso tiempo/esfuerzo.
Por ejemplo, en verano de 2013 localicé las huellas de una gata y su cachorro pequeño en el P.N. de Armañón. Busqué un paso adecuado y le coloqué la cámara con función de video y flash infra-rojo (para no asustar al animal). El resultado fue la imagen que muestro a continuación, donde se observa a la gata olisqueando el atrayente que le coloqué para poder fijar su atención un momento. Me encanta la forma de moverse, levantando las patas con cuidado para no causar el mínimo ruido al pisar. La belleza de los movimientos de este animal sólo es superada por su elegancia.





El hábitat y la dieta del montés

A falta de análisis más finos, los registros de presencia de gatos monteses, así como los datos que aportó el gato que seguimos con radio-tracking en 1997, sugieren que los gatos buscan estructuras forestales maduras con espacios abiertos (prados y pastos) cercanos. Si bien en estos años he/hemos muestreado todo tipo de hábitats, los gatos aparecen preferentemente en los grandes hayedos y robledales maduros en donde abundan los árboles ancianos con mucha madera muerta y una gran disponibilidad de oquedades. De hecho, el macho que seguimos en el P.N. de Urkiola utilizaba los agujeros de las hayas y robles para dormir durante el día, cambiando todos los días de emplazamiento.

Bosque maduro de robles y hayas mezclado con madroños (Sierra Ordunte), territorio de los gatos monteses.


En estos bosques maduros, con una estructura basal (sotobosque) compleja y diversa, abundan las presas (micromamíferos). En estos mismos bosques he encontrado de forma frecuente y recurrente a los lirones grises, una de las presas del gato.
No obstante, el gato también busca los pastos y prados montanos y de fondo de valle, donde caza topillos, topos y otros pequeños animales. El macho marcado salía al anochecer de su agujero y solía moverse hacia prados situados en el borde del bosque, donde pasaba bastante tiempo cazando.

En 2013 me sorprendió localizar abundantes rastros de gato en la zona kárstica de Ranero, Karrantza, en lugares por donde andar se convierte en una tortura y apenas hay unos avellanos, encinas y majuelos cubriendo los huecos. Coloqué varias cámaras y obtuve un gran número de resultados positivos. Uno de ellos fue el de esta gata que en pleno día caza una presa dentro de unos brezos y se la come delante de la cámara: 




Los karst de Ranero, Karrantza.


Este entorno no parecería el ideal para un gato, pero no cabe duda que lo utilizaba. Por las evidencias que encontré, la gata tenía cachorros en aquel laberinto de rocas.

Por otra parte, en los prados de Karrantza, Artzentales y al otro lado de la Sierra de Ordunte, Valle de Mena (en Burgos), suelen darse picos poblacionales de la rata topera, (Arvicola terrestris). En años de abundancia, tras las siegas, cuando los prados se quedan descubiertos, los gatos, zorros y otros carnívoros y rapaces se concentran para dar cuenta de las grandes arvicolas. Así, Pedro Abad estuvo controlando una gata que parecía tener cachorros en una pequeña mancha cerrada de coníferas y que tanto al anochecer como al amanecer la observaba cazando las ratas toperas en el prado, junto a varios zorros, y cargándolas en la boca hasta tener dos o tres que las llevaba presta al bosquete.

Rata topera fotografiada en un prado de la Sierra de Ordunte.


El futuro del gato montés en Bizkaia

Tengo claro que la supervivencia a largo plazo del gato montés en Bizkaia esta condicionada por una serie de factores:
1- La conservación de los grandes bosques maduros.
2- La no expansión de los núcleos rurales urbanos hacia los últimos santuarios del gato.
3- La conservación de los pastos montanos.

Afortunadamente, en los últimos años se están realizando notables esfuerzos para proteger y recuperar las grandes manchas de caducifolios de Bizkaia. Sin embargo hay que imprimir una gran dosis de atención en las unidades maduras, complejas, que son la base de la diversidad forestal. De nada sirve tener el monte lleno de hayas si se trata de un monocultivo joven. Los árboles viejos, los transmochos, los caídos, los podridos deberían ser mimados.
Por otro lado, si el área ocupada por los pueblos y ciudades se extiende, también lo harán los gatos domésticos, firmando una sentencia silenciosa para los monteses.
Asimismo, los gatos monteses también sacan partido a los micromamíferos que ocupan los prados y pastos próximos a las masas forestales. La riqueza de hábitats genera diversidad de especies presa, 
Obviamente, el gato montés es una especie protegida y, como tal, debería controlarse la persecución no selectiva de depredadores en las zonas con gatos, además de la persecución directa (disparos, cepos, etc.).