domingo, 24 de noviembre de 2013

BUITRE LEONADO: LA MUDA Y LA DETERMINACIÓN DE LA EDAD. TERCER AÑO.

La cosa comienza a complicarse. Ahora, no sólo hay que diferenciar las plumas juveniles de las adultas sino que, además, hay que diferenciar generaciones de plumas mudadas de un año para otro. Para eso, primero, debemos tener en cuenta que los buitres no suelen mudar en invierno. Los individuos de segundo año acabaron de mudar en noviembre, parando en diciembre. En enero son ya de tercer año de calendario. 
Durante el invierno, al menos en nuestras latitudes, los días son cortos, suele llover y nevar con interminables jornadas en las que los temporales azotan las montañas, y los buitres deben permanecer estoicos días enteros sin poder alimentarse y guardando sus reservas para hacer frente al frío y la humedad. En tales circunstancias, la energía debe guardarse para mantenerse vivo y no puede derivarse en el proceso de muda.

En la foto de abajo se muestra un grupo de buitres empapados, un día de un intenso temporal de lluvía y granizo. Aún así, acudieron a comer aprovechando un claro, tras varios días seguidos de lluvia continuada.


Por lo tanto, ningún ejemplar, salvo casos raros, va a arriesgarse a mudar en invierno, pasando enero, febrero y marzo guardando energías en el caso de los juveniles, mientras que los adultos las dedican a la puesta e incubación (eso lo veremos más adelante).

Por lo tanto, en estos 4-5 meses que han pasado entre que la última pluma creció y la de la siguiente temporada comienza a salir, las plumas han sufrido un acusado desgaste por parte de los elementos. De tal forma que existe una clara diferenciación de color, tono y desgastes entre las plumas.

En la foto de abajo se observa una gran variación de tonos y de desgaste entre unas plumas y otras. Eso es lo que vamos a tener que aprender a ver si queremos determinar la edad con precisión de los buitres y otras rapaces. Por ejemplo, en el medio hay una pluma oscura, con el borde liso, sin flecos (hay otra detrás más oscura, nuevita, pero desflecada por la posición). La que está a la izquierda está levemente más clara, pero con el borde liso, mientras que la de la esquina de la izquierda es aún más clara y se ve que el borde está dentado debido al desgaste. Además, se observan grupos de malófagos (pequeños insectos que se alimentan de las plumas) que aceleran el proceso de desgaste.


Cuando uno tiene un buitre en la mano y le abre el ala con sus 35 rémiges, puede parecer imposible diferenciar entre desgastes y colores, pero el caso es que es más sencillo de lo que parece y sólo hace falta un poco de práctica.

Dicho esto, sigamos adelante con los buitres de tercer año. Llegamos a abril con el plumaje que dejamos a los individuos de segundo año, pero más desgastado. Los ejemplares de tercer año, como el de la foto, presentan un manto arlequinado con plumas juveniles muy desgastadas y plumas de adulto de dos tonos de marrón: las que mudo durante el año pasado y las que ha comenzado a mudar en esta nueva temporada. En la foto se puede ver alguna corbetora más oscura y brillante. Estas anuncian la muda.


En la foto anterior (de junio), además, se observa como el pico sigue siendo negro, aunque comienza a clarear por la punta, el rirs ya no es negro o marrón oscuro, sino que empieza a aclararse ligeramente y la gorquera sigue presentando las mismas plumas marrones, largas y lanceoladas.

En la foto de abajo se observa el detalle de la cabeza de un tercer año, pero en septiembre. El pico sigue aclarándose por la punta y el iris es de un tono achocolatado.


El mismo ejemplar, pero con una vista más extensa, en donde se aprecia que sigue conservando todas sus plumas juveniles de la gorquera.


En cuanto a la muda de las plumas de vuelo, los ejemplares de tercer año comienzan su segundo periodo de muda a finales de abril. Lo normal es que continuen con el proceso de muda, allá donde lo dejaron en noviembre del año anterior (cinco meses atrás). Sin embargo, algunos ejemplares (38,6%) vuelven a tirar la P1. Esto es lo que se conoce como muda en oleadas: mientras van acabando con la muda anterior, una segunda oleada de mudas comienza por el principio. Sin embargo, en el caso de los buitres esto no es del todo cierto, ya que no continuan con la "ola", sino que se quedan con la muda ocasional de la P1 o a veces la P2. Además, no sabemos si los que mudan la P1 son aquellos que la dejaron colagada el año anteior. Por lo que la definición de muda en oleadas deberá ser tomada con mucha cautela.
En la figura de abajo se muestra la muda del ala de los buitres de tercer año. Las plumas grises son las que mudó en su segundo año y la splumas negras son las que ha mudado en su tercer año. Estos son datos promedios, de forma que la extensión del color, respecto del total de la pluma, indica el porcentaje de individuos que ha mudado esa pluma. Por ejemplo, la P3 la mudan todos los ejemplares de segundo año, mientras que la P6 la mudan todos los de tercer año; la mitad de los de segundo año alcanzan a mudar la P4, que es la primera que van a tirar al tercer año, no quedando ningún ejempalr de tercer año con esta pluma colgada, salvo casos raros. La extensión de la muda va a depender del estado corporal del individuo, siendo normal que casi todos muden la P7 al final de la temporada y un tercio de los ejemplares muden la P8 y la P9, llegando alguno (31,2%) a completar el ciclo con la P10. 
Por término medio, los buitres de tercer año mudan 8 primarias (considerando ambas alas) a lo largo de la temporada.
Las secundarias, sin embargo, llevan un pequeño retraso con respecto a las primarias debido a que los ejemplares de segundo año apenas habían mudado unas pocas. Por término medio, en su tercer año, van a mudar 24 secundarias (considerando las dos alas).
En resumen, los ejemplares de tercer año mudan un promedio del 40% de las primarias y del 48% de las secundarias.



En la siguiente foto muestro el ala izquierda de un buitre (4UA), el 13 de agosto de 2005. Las flechas verdes muestran las plumas retenidas de pollo (del año 2003, cuando nació), las azules muestran las plumas mudadas en su segundo año de calendario (2004) y las negras muestran las mudadas en la temporada de 2005, que sigue en proceso. Fiajaos que la P7 está creciendo a los 4/5, y que la P1 la ha mudado este año ("¿nueva oleada?"). La S3, S11, S12 y S14 están creciendo, aunque en la foto se aprecian sólo las S11 y 14.
Las infracobertoras alares, al contrario de lo que pasa con las cobertoras mayores y primarias (del dorso), se mudan de golpe, sin relación con las primarias ni secundarias. De hecho, a veces se ve buitres que han tirado casi todas estas infrabobertoras de golpe.



Si miramos el mismo individuo, pero por el dorso (ala derecha), vemos como no resulta tan fácil apreciar los cambios de color y tono. Sin embargo, por el dorso tenemos muchas pistas que nos ayudan a confirmar dudas que podríamos tener. Así, observamos las plumas retenidas de pollo (flechas verdes), pero también vemos que a estas les acompañan cobertoras mayores y cobertoras primarias sin mudar, de patrón juvenil. Recordad que estas cobertoras se mudan a la par o un poco antes que sus respectivas rémiges.
Aquí vemos que la P7 también está creciendo, a 3/5, la P1 está escondida, pero es nueva, y tiene secundarias en crecimiento, que en mano las identificamos como la S3, S12, S15 y S19. Por lo tanto, este ejemplar lleva una muda muy activa creciendo a la vez una primaria y cuatro secundarias de este ala, y en lo que lleva de temporada ha mudado otras 3 primarias y seis secundarias de este ala. Por lo tanto, a final del verano ha sido cuando ha cogido velocidad.


Al final de su tercer año de calendario, en diciembre, vemos que la muda de ambas alas ha resultado ser más o menos simétrica, siendo la simetría de un 90% en primarias y de un 85% en secundarias.
Estos ejemplares, en diciembre van a tener dos generaciones de plumas de adulto con una diferencia de color y desgaste entre ellas, y una generación de plumas juveniles, muy claras, deslavadas y desgastadas, rotas y desflecadas.

domingo, 10 de noviembre de 2013

BUITRE LEONADO. LA MUDA Y LA DETERMINACIÓN DE LA EDAD: SEGUNDO AÑO

Para no perderse en lo que va a venir en las siguientes entradas, comienzo con los conceptos básicos de las plumas del buitre que voy a usar para el patrón de muda. Como todas las rapaces, los buitres presentan 10 primarias, que se enumeran como aparece en la imagen de abajo (imagen realizada por Luis Palomares). Por el contrario, el buitre leonado es la rapaz con mayor número de secundarias del holártico, un total de 25 en cada ala. 

Cuando realizo el patrón de muda de una rapaz, y en el caso del buitre no lo es menos, pongo las llemas de los dedos en el nacimiento de la P10 y voy avanzando hacia dentro del ala, siguiendo con la vista cada una de la pluma y con los dedos tocándola para detectar huecos. Si no se hace así, resulta muy fácil colarte plumas, sobre todo secundarias. Yo suelo ir cantando el año en el que ha sido mudada cada pluma, así como el estado de crecimiento en fracciones de quintos. Luego, en la base de datos las paso a los códigos de muda habituales. De esta forma, resulta difícil equivocarse y fácil corregir los errores.


Los buitres de segundo año, como ya he comentado en anteriores entradas, suelen estar vagando por extensas áreas buscando comida fácil. Por lo tanto, estos ejemplares suelen tener un alto gasto energético debido al desconocimiento del territorio y de las fuentes de alimento. Dicho de otra manera, son inexpertos. A esto hay que añadir que ante una comida, los jóvenes suelen quedarse rezagados, en los bordes, esperando que los adultos, dominantes, se sacien y les dejen un hueco.

Las peleas jerárquicas son habituales en presencia de comida.


No es de extrañar, por tanto que comiencen a mudar bastante tarde. De hecho, la extensión de la muda al final del invierno de su 2ac reflejará la situación que ha vivido el animal a lo largo del año. Algo que aún no ha empezado a usarse en estudios de ecología, pero que presenta grandes posibilidades.

En la siguiente imagen os muestro el primer plano de un ejemplar de segundo año (17 de mayo 2013). Observad que el pico sigue siendo completamente negro, el iris también y la gorgura muestra las plumas largas y marrones de juvenil. En este caso el cuello presenta los tintes típicos causados por la sangre, barro y demás elementos que tiñen los plumones. Este ejemplar aún no había comenzado a mudar las plumas de vuelo, pero en el dorso se puede ver que hay plumas más oscuras que otras. El plumaje ya no es monocormático, sino que comienza a ser arlequinado, contrastando las plumas marrón claras, juveniles, con las recien mudadas, marrón oscuras y brillantes.



En la imagen inferior os muestro otro ejemplar de segundo año. Fijaos que éste apenas presenta variación en las plumas del manto. Este ejemplar fue anillado en nido el 15 de mayo de 2012 en los Pirineos centrales franceses y le fotografié en Sopuerta, Bizkaia, junto a Imanol Gómez, el 28 de junio de 2013. Su conducta era muy tímida, costándole mucho entrar a comer entre el grupo de adultos.


Esta otra imagen muestra la cabeza de un ejemplar de 2ac el 13 de octubre de 2010. Fijaos que aún apenas ha cambiado nada con respecto a la foto de la cabeza de un ejemplar de 1ac. Sin embargo, si os fijais en la espalda vereís que presenta un arlequinado de colores producido por la mezcla de plumas lanceoladas, marrón claras, de pollo y las redondeadas, marrón oscuras mudadas. Además, el ala de este ejemplar presentaba ya una muda activa de primarias.


Pero, ¿cómo y cuándo comienzan la muda los buitres de segundo año? Como he comentado, la muda de las plumas del manto y vientre comienza en mayo aproximadamente. Sería como el precalentamiento antes del pistoletazo de salida. Ninguno de los ejemplares de 2ac que he manipulado había comenzado a mudar plumas de vuelo (primarias y secundarias) en abril. De hecho, el ejemplar más adelantado presentaba las PP1 creciendo a 1/5 el 11 de mayo.
Una gran mayoría de ejemplares empieza la muda con las PP1, aunque un porcentaje del 12,5% salta estas plumas y comienzan con las PP2. En la figura siguiente os muestro como mudaría el ala un ejemplar de 2ac en una temporada entera (mayo-diciembre). El color negro muestra las plumas detectadas mudadas en los ejemplares analizados y su extensión en la pluma (del dibujo) muestra el porcentaje de ejemplares que había mudado esa pluma. Por ejemplo, la P1 presenta un 12% de la superficie blanca, lo que quiere decir que un 12% de los buitres de 2ac analizados no habían mudado esa pluma. En cambio, la P5 apenas presenta un 20% de la pluma negra, lo que quiere decir que sólo 1 de cada 5 buitres consiguen llegar a mudar esa pluma en su primera muda. 




 

Hacia mediados del verano, cuando los buitres ya han mudado dos o tres primarias de cada ala, de forma simétrica, comienzan a mudar las secundarias. Normalmente comienzan con la S25 y le sigue la S24. En septiembre pueden seguir con otros tres o cuatro focos de muda (las flechas azules de la imagen de arriba muestra esos focos y como prosigue la muda). No obstante, como podeís ver, la cosa tiene mucha miga, puesto que el porcentaje de secundarias observadas ya mudadas es muy bajo. Esto se debe a que los buitres, en su primera muda, potencian el cambio de las primarias, moviendo los recursos energéticos hacia ellas, dejando, si acaso, las secundarias para el final del verano.

En la siguiente foto os muestro el ala izquierda de un ejemplar de 2ac capturado el 20 de agosto de 2005. Fijaos: 
  •  Las P1 y 2 son nuevas, mucho más anchas que las vecinas, y redondeadas. Hay que fijarse en el raquis negro, que contrasta con el raquis marrón de las viejas, así como en el borde de la pluma, sin flecos. De hecho, se observa que la P2 es más nueva que la P1. Además, presenta un hueco de la P3 que estaba tirada.
  • Las S5 y S9 están creciendo a 1/5, son más anchas que las secundarias vecians y la punta es redondeada.
  • Las S6 y S11 están recien tiradas.
  • Las cobertoras primarias de las P1-P3 están tiradas o ausentes. Va con cierto retraso, dado que las cobertoras priamrias se mudan de forma sincronizada con su respectiva primaria.
  • Lo mismo ocurre con las cobertoras mayores. Fijaos que hay huecos en las cobertoras en los mismos puntos en los que fatan o crecen las secundarias.
  • La flecha de arriba a la derecha muestra una cobertora mayor creciendo, redondita, mucho más ancha que las vecinas, y con un tinte beig rodeándola. Esta pluma anuncia la tirada de su respectiva secundaria.
  • El resto de las secundarias presentan el mismo tono de color y desgaste, además aún se puede ver la punta de lanza del patrón juvenil, aunque ya va muy desgastado.
  • Las primarias P4-P10 son también del mismo color y desgaste, así como sus cobertoras primarias.
  • Si miraís las cobertoras pequeñas, vereís que hay un gran porcentaje de plumas mudadas, redondeadas, oscuras, mientras que las de pollo son lanceoladas, raídas y claras.


En esta otra foto de abajo, tomada el 13 de octubre de 2010, se observa:
  • Este ejemplar va muy lento con las primarias, sólo ha mudado las tres primeras (la P3 está creciendo a 4/5).
  • Las cobertoras primarias CPP1-3 son nuevas, de patrón de adulto: más anchas y redondeadas que las de patrón juevnil.
  • La muda de las secundarias comenzó con su foco en la S25 y va hacia afuera.
  • Entre la S25 y la S16 presenta dos plumas crecidas, una a 4/5 y el resto tiradas. Esto no suele ser muy común, dado que no es normal huecos tan grandes y seguidos en las mudas.
  • La S3 está tirada y la S4 crecida, nueva, siendo este su segundo foco de avance de las secundarias.
  • Presenta un tercer foco en la S14, recién tirada.
  • Atentos con las cobertoras mayores de las secundarias mudadas, son redondeadas con el borde de la pluma de color beig y el centro negro.

De cuando en cuando se observan sucesos raros, ejemplares que superan con creces los valores medios. Por ejemplo, este ejemplar capturado el 13 de octubre de 2010. El ala izquierda, la de la foto, presentaba la P1 (la primara mudada) nueva, la P2 saltada (de pollo), las PP3-8 nuevas, mudadas rápidamente, la P9 creciendo a 4/5 y la P10 retenida. Asimismo, había mudado la S25 (primer foco), la S22 y la S19. La S15 la tenía a 2/5 (segundo foco) y la S1 estaba tirada (tercer foco).
Sin embargo, este mismo ejemplar mostraba una muda más normal en el ala derecha, de forma que tenía nuevas la P1 y la P2 y la P3 estaba creciendo a 4/5. No había tirado ni una sola secundaria del ala derecha.
No cabe duda de que este individuo tuvo que haber padecido algún problema hormonal, de estrés, accidente, etc., que derivase en ese proceso de muda alocado del ala izquierda.


Esta otra foto, tomada el 16 de septiembre de 2005 muestra un suceso extraño. Por la razón que fuese, este ejemplar había perdido a la vez las PP7-10 del ala izquierda y le estaban creciendo de forma simultánea. Este ejemplar volaba perfectamente, aunque el coste derivado del esfuerzo de volar con esa carencia de plumas debía ser elevado y le tenía que estar pasando factura.


Los ejemplares de segundo año suelen acabar de mudar a finales de noviembre, comienzos de diciembre. En estos siete meses mudan, por término medio, 7,3 primarias (desv.est = 1,6, rango 4-11) y 8,5 secundarias (desv.est. = 9, rango 0-20) considerando las dos alas. La muda es claramente simétrica (en torno al 95%).

Los ejemplares de segundo año aún tienen un largo camino por delante y deberán ir aprendiendo a  buscar recursos y a pelearse por un hueco en la jerarquía social. Mientras tanto, la muda irá avanzando y nos irá mostrando detalles de sus vivencias.






sábado, 9 de noviembre de 2013

BUITRE LEONADO: LA MUDA Y LA DETERMINACIÓN DE LA EDAD: PRIMER AÑO


Los pollos de buitre leonado saltan del nido entre mediados de julio y agosto. En sus primeros vuelos presentan un plumaje inmaculado, como el de la foto de arriba. Todas las plumas están nuevitas, brillantes, y lo que resulta más importante para entender mejor lo que vendrá en el futuro, son todas del mismo color, tono y desgaste, sin diferencias entre ellas.

En la siguiente foto se observa un ala de un buitre de primer año de calendario (1ac), el 16 de septiembre de 2005. Como he dicho antes, no se detectan cambios de color ni desgaste entre plumas. En este ala, a parte, hay que observar cinco puntos clave (flechas rosa): las secundarias están acabadas en punta de lanza. Ojo! pues tras la muda, las nuevas secundarias serán redondeadas y más anchas. Las cobertoras mayores presentan también un diseño de punta de lanza y son monocromáticas (las nuevas serán redondeadas y con un borde beig alrededor de toda la pluma). Las cobertoras primarias son, también lanceoladas, y más estrechas de lo que serán las futuras. Las Cobertoras medianas y menores son todas del mismo patrón, marrón claro, sin contrastes entre ellas, y tienen el patrón, ya clásico, de punta de lanza.



Otra vista dorsal de un ejemplar del 20 de agosto de 2005. Según la luz del momento y el sol que hayan tomado, se ve un desgaste diferencial entre una y otra foto. Asimsimo, en la punta de las cobertoras mayores se observa que el color es más pálido. Precisamente, esa palidez será la que de una cierta debilidad a la pluma, desgastándose más rápido por donde los tonos son más claros.


En la siguiente foto muestro, de forma más ampliada, el diseño de las cobertoras de un ejemplar de 1ac (primer año calendario).


Esta nueva foto muestra el ala, por debajo, de un ejemplar de 1ac en septiembre. Se repite lo dicho hasta ahora, pero nótese que las plumas son menos birllantes, más mates, por debajo que por el dorso. Esto habrá que tenerlo en cuenta en el futuro para detectar diferencias. Además, las infracobertoras mayores son oscuras, con un reborde claro, algo que se mantendrá en el futuro, pero en el caso de los de primer año, las plumas son más estrechas y pequeñas.


Por último, el color del pico, del iris y las plumas de la gorguera son criterios importantes para determinar la edad apoyándose de los patrones de muda. Tanto en la primera foto de arriba, como en esta, se observa que el cuello del buitre es blancuzco y el pico es completamente negro, lo mismo que el iris. Este en realidad es pardo oscuro, pero se ve negro. Importante! el color del pico y del iris irá variando paulatinamente con la edad. De momento, contrasta fuertemente y resulta muy fácil reconocer a un jovencito de 1ac entre medio de los bandos.
Además, como se ve en esta foto, las plumas de la gorguegra son largas, con el raquis blancuzco y el borde pardo. Estas plumas van a ir reemplazándose por otras, de diseño de adulto, que serán mucho más cortas, prácticamente la mitad de longitud, y serán blancas. El proceso de reemplazamiento completo de unas plumas, juveniles, por otras, adultas, viene a tardar 10 años. Hasta entonces, los buitres con plumas largas en la gorguera serán reconocibles y tendrán aspectos fenotípicos de subadultos.


En este, su primer año de calendario, los buitres no van a cambiar ni una sola pluma, salvo accidentes, enfermedades o situaciones raras y anecdóticas. Por lo tanto, llegarán al 31 de diciembre con su plumaje intacto, aunque en proceso de deterioro por el efecto del sol, la lluvia, el viento y, como no, el comportamiento brusco de los buitres a la hora de alimentarse.

BUITRE LEONADO: LA MUDA Y LA DETERMINACIÓN DE LA EDAD. INTRODUCCIÓN.


Durante los últimos quince años me he dedicado a ir documentando y comprendiendo un poco mejor el proceso de la muda en las aves rapaces y lo que conlleva. En anteriores entradas expliqué la muda del busardo ratonero, paso a paso, y ahora me centraré en el butre leonado. No obstante, habrá que tomarlo con tranquilidad, pues si la muda del ratonero es complicada, la del buitre leonado lo es aún más.

Para irnos metiendo en materia, es preciso tener muy claro que un ave del tamaño de un buitre no puede cambiar todas las plumas de vuelo en una temporada. Una primaria tarda, en promedio, unos 90 días en crecer por completo. La muda de cada primaria, secundaria y rectriz supone un gasto energético considerable que cada individuo debe costear como mejor pueda. Si no hay energía suficiente, no hay muda, y si al energía es escasa, la muda también lo será. De esta forma, se puede observar notables diferencias en la extensión de las mudas entre individuos, que puede ayudar a interpretar los acontecimientos biológicos que han determinado la situación de un plumaje.

Recientemente hemos publicado el artículo:

Zuberogoitia, I., De la Puente, J., Elorriaga, J., Alonso, R., Palomares, L.E. & Martínez, J.E. 2013. The flight feathers molt of Griffon Vultures Gyps fulvus and associated biological consequences. J Rapt Res., 47 (3): 292-303.
 http://www.researchgate.net/publication/256496331_The_flight_feather_molt_of_Griffon_Vulture_%28Gyps_fulvus%29_and_associated_biological_consequences

En este artículo mostramos el proceso de muda de la especie y como utilizarlo para determinar la edad de los buitres. En este blog, además, iré mostrando estos resultados, pasito a pasito con fotos que lo ilustren y explicaciones que permitan entender lo que ocurre.

Hace poco tiempo, a raíz de este artículo, me comentaron que alguien dudaba que se pudiera distinguir las plumas de un año de las del anterior. Claro, esto resulta difícil de entender para la gente que no maneja en mano a estas aves y no tiene la costumbre de prestar atención al plumaje. No obstante, en las siguientes entradas mostraré como resulta relativamente fácil diferenciar generaciones de plumas. Después, ¡la experiencia hace lo demás!