domingo, 27 de octubre de 2013

BUITRE LEONADO: MOVIMIENTOS DISPERSIVOS Y DE ALIMENTACIÓN

Recientemente hemos publicado un artículo sobre los movimientos de los buitres leonados basado en los registros de avistamientos de ejemplares marcados con anillas de color, en donde se puede profundizar más sobre el asunto que voy a tratar en esta entrada.



Ø      Zuberogoitia, I., González-Oreja, J.A., Martínez, J.E., Zabala, J., Gómez, I. & López-López, P. 2013. Foraging movements of Eurasian Griffon Vultures (Gyps fulvus): implications for supplementary feeding management. European J Wildl Res., 59: 421-429. DOI 10.1007/s10344-012-0687-2

http://www.researchgate.net/publication/233985537_Foraging_movements_of_Eurasian_griffonvultures_%28Gyps_fulvus%29_implications_forsupplementary_feeding_management


Tal como he venido explicando en las anteriores entradas, durante varios años estuvimos anillando buitres leonados en Bizkaia con anillas de color de lectura a distancia, como el 4PT de la foto de arriba. Además, fuimos desarrollando una serie de experimentos en los que hacíamos bajar a los buitres y, entre otras cosas, leíamos las anillas de todos los marcados. Asimismo, mientras realizábamos el seguimiento de las colonias de nidificación, prestábamos especial atención para detectar ejemplares marcados.
Por otro lado, una serie de personas estuvieron colaborando con nosotros enviándonos los datos de controles de forma regular desde puntos de Cantabria y Burgos, fundamentalmente.

En la siguiente figura se muestran, por un lado, las colonias de buitres leonados en el entorno de estudio (círculos grises para las colonias fuera de Bizkaia y triángulos para los colonias monitorizadas en Bizkaia) y, por otro lado, los puntos en los que se ha llevado a cabo observacioens de buitres marcados (estrellas negras). Ni que decir que faltan muchas de las colonias de Álava y de Cantabria, que se quedaban demasiado lejanas para nuestro trabajo y, por tanto, no las incluimos en este mapa.
En la figura se observa que la mayor parte de las "observaciones" se llevaron a cabo en el tercio occidental de Bizkaia (Las Encartaciones), con algunos otros puntos en el Parque Natural de Urkiola y en Sierra Salvada, Orduña. Además, en Burgos hay tres estrellas, dos entre Gayangos y Bercedo y una en Porquera de Butrón, donde Carlos Peña y Jose Angel Alonso fueron recopilando datos a lo largo del perdiodo de estudio, y en Cantabria se observan otras seis estrellas pertenecientes a puntos en donde se ha observado varias veces a los buitres alimentarse y se han reportado controles (p. ej. Joseto Irusta, Javi López Orruela, Angel Ruiz Elizalde, Alberto Rodrigo, entre otros). A estos puntos habría que añadir un sinfín de datos aislados repartidos por toda esta superficie de estudio.
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En total, la superficie estudiada abarcaba 10.614 km2, en donde se repartieron las 24 estaciones de control de buitres. Entre enero de 2005 y diciembre de 2011 (periodo acotado para este estudio) se realizaron 339 jornadas de observación en las que hubo datos positivos de controles de buitres anillados. Hubo muchas otras jornadas sin resultados, pero eso será motivo de un making off.

Durante este tiempo realizamos 765 controles de buitres anillados en Bizkaia y 288 controles de 60 ejemplares que, habiendo sido anillados en otras partes de la Península Ibérica, estaban utilizando las zonas de estudio.

En esta otra figura de abajo se observa la distribución de nuestros controles, así como los avistamientos de nuestros buitres en otras zonas fuera de nuestro área de estudio. Las estrellas son controles de buitres que habíamos anillado en el nido, siendo pollos, en Bizkaia, los triángulos son controles de subadultos anillados en Bizkaia, y los círculos son controles de adultos anillados en Bizkaia, así como de otros adultos anillados fuera, pero asentados en el área de estudio.

La Oficina de Anillamiento de Aranzadi, así como la de la EBD, nos proporcionaron gran cantidad de recuperaciones y datos de control, pero, sin duda alguna, este trabajo pudo realizarse gracias al envio de controles por parte de un buen montón de observadores (Alberto Benito, Carlos Rossi, Alfonso Godino, Marcos Zarraga, Eneko Diaz, Julio Ruiz, Ainara Azkona, Raúl Gómez, Pedro Abad, David González, Javier Cañadas, Juán Ramón Gómez, Jesús Marí Elosegi, Carmelo Fernández, Alvaro Camiña, Javier Elorriaga, Alejandro Onrubia, Felix Compaired, Jesúus Ojer, Mikel Olano, Gert Dahms, Helmut Eggers, Carlos Rodrigo, Luis Fajardo, Tomás Rodriguez, Gorka Burgos, Rodrigo Cerro, Javier Vásquez, Zigor Arteaga, Juan Manuel Pérez de Ana,  Phileppe Lécuyer, CRES de Martioda, de Bizkaia, de Burgos, AMUS y alguno más que me he podido dejar olvidado).



Entre los resultados obtenidos se muestra la dispersión de los buitres jóvenes por toda la geografía ibérica, así como un individuo loclaizado en Francia. En este periodo me mandaron la foto de un buitre con anilla de Aranzadi (no se veía el número completo, pero era de los nuestros) en Bélgica.
Esto, no obstante, no es nuevo, pues ya se sabía que los buitres jóvenes se dispersaban enormes distancias, cruzando varios cientos o miles de ellos el Estrecho de Gibraltar todos los años para vagar por el continente africano. No obstante, comprobamos que la edad media a la que regresaban de su largo periplo era de 3,23 años. Lo que quiere decir que los buitres jóvenes están sus primeros años de vida vagando por doquier en busca de alimento.

Una vez que regresan, los buitres jóvenes se asientan en las zonas natales, en el entorno de colonias de nidificación. No obstante, se comportan como subadultos. ¿Esto que queire decir? Que no están sujetos a una colonia de nidificación y que, por tanto, pueden moverse libremente, en función de la disponibilidad de alimento. Así vimos como estos subadultos solían alimentarse preferentemente en las zonas próximas a las colonias donde se habían instalado, pero no era raro encontrarlos en otros puntos alejados. Además, las visitas a otros puntos de alimentación situados a 60 km o más de distancia, eran regulares a lo largo del año, sin ninguna pauta concreta.

La cosa cambia con los ejemplares adultos, mayores de 10 años. Muchos de estos ya son reproductores y tienen un vínculo muy fuerte con la colonia de nidificación. Así, vimos que los buitres adultos apenas se mueven 30 km alrededor de las colonias de nidificación. Por ejemplo, los buitres adultos que se controlan en la zona de Encartaciones (oeste de Bizkaia) nunca se han observado en la zona de Sierra Salvada, ni en el Parque Natural de Urkiola (sur de Bizkaia), apenas tienen flujo con la zona de Gayangos y nunca se han observado en Porquera. De la misma forma, los buitres adultos de Porquera no han sido vistos en Bizkaia o Cantabria, ni siquiera en Gayangos. Fuera del periodo reproductor (en otoño principalmente) los adultos no están tan constreñidos al área de nidificación y es cuando se dan avistamientos en lugares lejanos y es el momento en el que hemos tenido controles cruzados entre Bizkaia, Cantabria y Gayangos.

Estos datos vienen a coincidir con los resultados obtenidos con transmisores satelitales. Por ejemplo, se pueden ver interesantes movimientos en: www.pirineosostenible.eu. Las diferencias entre uno y otro tabajo se basan en que en nuestro caso estudiamos un volumen importante de la población, obteniendo datos poblacionales, mientras que en el caso de los transmisores satelitales se obtienen datos de conducta de unos pocos individuos que pueden comportarse o no como el resto de la población. Ahora bien, ni que decir tiene que con los transmisores se obtiene una información infinitamente mejor de los movimientos de aquellos individuos marcados. Lo suyo sería marcar "muchos" ejempalres para obtener la pauta poblacional. Claro que en nuestro trabajo no ha habido ni un sólo euro de financiación y lo hemos podido ir haciendo con recursos propios, mientras que cada transmisor satelital cuesta en torno a 6000 euros, arriba o abajo.


Pero, ¿que implicaciones tiene todo esto? ¡Muchas! 
Para empezar, los puntos estables de alimentación suplementaria no sólo alimentan a las colonias de buitres cercanas, sino que atraen a los jóvenes divagantes, subadultos y adultos no reproductores, que buscan comida fácil. Por lo tanto, cuando los muladares funcionan de forma predecible, con mucho aporte de alimento, atraen a grandes cantidades de buitres, muchos de ellos subadultos.
Al cerrar los muladares y eliminar el alimento del campo, se dispersan los buitres jóvenes y subadultos en busca de otras zonas de alimentación, aunque estén a más de 1000 km de distancia. No osbtante, los adultos reproductores se mantienn en las colonias y sufren las consecuencias de las carencias, fracasando en la reproducción, y muriendo de hambre o enfermedad, etc. Esto supone un fracaso en las políticas de conservación de una región dada, pues pierden su potencial reproductor. Además, los buitres hambrientos, como hemos visto en la entrada anterior, adaptan su conducta para sobrevivir, incrementándose la frecuencia de conflictos con los ganaderos.

Hay muchas opiniones sobre que es lo que habría que hacer para "gestionar" correctamente las poblaciones de buitres. Yo, basándome en los datos de nuestro trabajo, pienso que para evitar conflictos con los ganaderos y las consecuencias de tales tensiones, deberíamos volver a las situaciones en las que se dejaban los cadáveres de ganado y ungulados salvajes en el campo y, en caso de llevarse a muladares, que no fuese de forma ritual, predecible en el tiempo y en el espacio. De esta forma, no se darían grandes concentraciones de buitres en una zona, se darían altibajos poblacionales de forma natural, en función de la disponibilidad de alimento, y no se darían hambrunas prolongadas que puedan afectar al comportamiento a medio plazo de la especie. En definitiva, los buitres volverían a la carrera de la selección natural, en donde los fuertes y mejor preparados sobreviven y los débiles perecen.

En otras regiones del Planeta se ha visto como poblaciones florecientes de buitres han caído en picado tras episodios catastróficos, siempre de la mano de los humanos, por lo que es preciso tener suma cautela en como se gestionan los recursos para evitar situaciones descontroladas. ¡Tarea nada fácil!









domingo, 20 de octubre de 2013

BUITRE LEONADO: ¿INTELIGENCIA?

ANTECEDENTES

La capacidad intelectual de las aves es un concepto largamente debatido y suficientemente probado. Yo creo que demostrar que las aves pueden pensar y mostrar cierta complejidad cognitiva puede ser una herramienta importante que nos ayude a empatizar con ellas, comprenderlas y respetarlas.
Durante la mitad del siglo XX los buitres sufrieron una espectacular persecución y regresión poblacional, mediada, entre otros, por el efecto del uso extendido de venenos. Con todo, la especie soportó el acoso y, tras la prohibición del veneno y la inclusión del buitre leonado como especie protegida y amenazada, comenzó la recuperación. Hoy en día todo el mundo conoce la impresionante recuperación de la especie. Sin embargo, en los primeros años de los 2000, apareció en escena la encefalopatía espongiforme bovina: une enfermedad provocada por los humanos en el ganado y que revertió en nosotros, causando serios problemas. Como consecuencia de ello, se tomaron medidas urgentes para controlar los posibles brotes de la enfermedad, su expansión y su posible contagio a los humanos. Los periodos de ejecución de las sucesivas Normativas variaron a lo largo de la Península Ibérca, pero en Bizkaia tuvieron un punto de inflexión en 2006, cuando se cerró el muladar de Karrantza (el único que había) y se tomaron medidas para retirar del campo los cadáveres de todo tipo de ungulado doméstico, antes siquiera que los buitres pudieran comenzar a alimentarse. 


 EL EXPERIMENTO

Como ya he explicado en anteriores entradas, en 2004 habíamos comenzado un estudio del comportamiento del buitre leonado. En este estudio recogíamos una serie de factores que nos parecían interesantes, entre los que se encontraban el tiempo de reacción (TR) y la distancia de huida (DH). El TR es el periodo que pasa desde que el alimento aparece en el campo hasta que el primer buitre se posa al lado y la DH es la distancia a la que los buitres se dejan acercar mientras comen, antes de huir.
En el año 2006, con la puesta en marcha de las medidas para eliminar cualquier resto orgánico procedente de ungulados domésticos (vacas, caballos, burros, ovejas, cabras, cerdos), pasamos de una situación de presencia irregular, pero notable, de alimento en el campo a una situación de hambruna sin precedentes. Esto nos brindó la oportunidad de estudiar los efectos sobre los buitres leonados en un diseño experimental que jamás habríamos podido desarrollar por motivos éticos, económicos y sociales.
Lo que hicimos, dado que no había comida en el campo y resultaba extremadamente complicado localizarla en el momento de su disponibilidad, era colocar nosotros mismos el alimento. Para ello solicitamos los permisos oportunos, y para que no hubiese ningún riesgo sanitario, utilizamos los restos de las carnicerías. Es decir, el género que se quedaba atrás y que no podía ser puesto en venta al público por temas de apariencia, caducidad, etc.
Para evitar que los buitres se acostumbrasen a nuestro procedimiento, alternamos los puntos de experimentación y, lo que era más importante, las personas que participaban en el ensayo.


LOS RESULTADOS

Cuando el muladar de Karrantza estaba activo, se contabilizaba en torno a 400 buitres que bajaban tan pronto como veían al camión de la comida acercarse. Esto se conoce como habituamiento y es un comportamiento por el que los animales actúan de forma regular ante el estímulo de la comida y la ausencia de amenazas. No obstante, la distancia de huida era de 250 m. Lo que quiere decir que los buitres no permitían que un extraño se acercase a menos de esa distancia.
Si la comida la colocábamos nosotros, los butres no bajaban hasta el día siguiente. Básicamente no se fiaban y debían asegurarse de la ausencia de riesgos. Estos periodos son los que se registran de forma natural.
Cuando se eliminó el alimento del campo, los buitres emepzaron a pasar mucha hambre, y en el periodo reproductor se tradujo en la muerte de una gran proporción de pollos. En los ensayos llevados a cabo vimos como el tamaño del bando descendió notablemente a una media de 107 buitres en el perido reprodcutor y 217 en otoño. ¡Las grandes concentraciones de buitres se habían diseminado!
Además, el TR durante el periodo reproductor descendió a 2,8 minutos. Lo que queire decir que en condiciones meteorológicas favorables, si se echaba la comida al suelo, cualqueir buitre que la avistase a varios km a la redonda acudía de forma inmediata y bajaba sin pensarlo. Asimismo, la DH se redujo a unos sorprendentes 30 m. Además, dado que las personas implicadas en el experimento rotaban, los buitres permitían el acercamiento a cualqueir persona, mientras comían rápidamente antes de emprender el vuelo.

Para más información se puede consultar:
Ø      Zuberogoitia, I., Martínez, J.E., Margalida, A., Gómez, I., Azkona, A. & Martínez, J.A. 2010. Reduced food availability induces behavioural changes in Griffon Vulture. Ornis Fennica, 87: 52-60.

http://www.researchgate.net/publication/228894051_Reduced_food_availability_induces_behavioural_changes_in_Griffon_Vulture_Gyps_fulvus

LAS CONSECUENCIAS

Además de los problemas asociados a la hambruna, surgió un problema aún mayor: la alarma social por ataques de buitres. La prensa comenzó a publicar regularmente noticias de ataques de buitres a ganado e, incluso, experiencias de personas que decían haber sigo acosados y atacados por buitres.
¿Que había detrás de todo esto? Una de las claves era el cambio de comportamiento del buitre leonado para sobrevivir. Debemos tener claro que los buitres son aves muy longevas, pudiendo pasar fácilmente los 30 años. No es de extrañar, por tanto, que posean recursos de supervivencia. En este caso, la ausencia de alimento en el campo obligó a los buitres a desequilibrar la balanza de la seguridad/atrevimiento. Así, los buitres debieron superar el umbral de atrevimiento y sus miedos más profundos, para poder alimentarse. 
En esta situación, cuando una vaca, oveja, etc. paría, los buitres bajaban de inmediato a alimentarse de la placenta. En caso de aborto, el neonato era consumido en cuestión de minutos, sin que el propietario supiese siquiera si había nacido vivo o muerto. Aunque, después, las declaraciones seguían el mismo patrón de ataque a animal vivo.
Esta situación se extendía a la muerte de un animal. Así, cualquier ungulado que muriese (por un mal parto, un accidente, debilidad, enfermedad, etc.) era detectado y consumido en cuestión de unos pocos minutos. Obviamente, el propietario lo había visto vivo y aunque no podía conocer el desenlace, siempre aseguraba que se trataba de un ataque.
En alqunas ocasiones se dió el ataque de reses aún vivas. Esto solía estar asociado a un mal parto, problemas en la matriz, etc., que provocaban, por un lado, la debilidad de la madre para defenderse y, por otro lado, la presencia de restos de sangre, placenta, etc. en la vagina de la res, que eran el objeto de los picotazos.
Obvaimente, estas situaciones caldearon los ánimos de los pastores. Algunos de ellos cargaron mediáticamente contra los buitres, otras cargaron de forma directa y otros lo vieron como una consecuencia de la situación y lo entendieron de forma natural.
Yo puedo decir que en los años que llevo estudiando los buitres, jamás he visto un ataque. Por el contrario, he visto bajar a los buitres a alimentarse de placentas y rebuscar entre la vaca y el ternero, sin prestar la mayor atención sobre ellos. También he visto a una oveja recién parida mochar a unos buitres y ahuyentarlos de su cordero, postrado al lado de la placenta.
En cuanto a los ataques a personas, como he documentado en el apartado anterior, los buitres aguantaban hasta una media de 30 m antes de abandonar la comida. De hecho, en alguna ocasión llegaron a resisitir hasta los 2 m. Cualquiera que viese esto, acostumbrados a ver como escapaban a más de 200 m, pensaría que los buitres se podían estar enfrentando. En situaciones límite los buitres se desplazaban alrededor corriendo, esperando a que el humano se fuese para avalanzarse de nuevo sobre la res muerta.

Lamentablemente, debido a la distancia, la oportunidad, etc., no pude obtener fotos en acción del ganado defendiendo a sus crías frente a los buitres, tal como he comentado, pero sirva esta imagen de ejemplo, en la que un búho real se vió sorprendido por un rebaño de vacas. En la foto se ve una vaca a punto de mochar al búho. Un momento después el búho estaba en el suelo y media docena de vacas lo pisotearon y mocharon sin descanso durante 10 minutos.


EL APRENDIZAJE

Tras aquellos experimentos, hemos continuado estudiando el comportamiento de los buitres para ver su evolución en este escenario de cambios en la disponibilidad de alimento y de humor de la sociedad. Lo que hemos visto nos ha ido dejando perplejos.
Durante los primeros años, el encargado de alimentar a los buitres era Imanol Gómez (policia bueno) y yo era uno de los que los atrapaba para marcarlos (policia malo). Vimos como los buitres se fueron acostumbrando a Imanol de igual manera que se acostumbraban al camión de comida.

En la siguiente foto está Imanol recogiendo los huesos y otros restos sin que los buitres se molesten en absoluto.
 


Hicimos varios experimentos, de forma que Imanol llegó a disfrazarse para ver si le reconocían y, efectivamente, no había disfraz que pudiera mantenerlo de incógnita.

Sin embargo, yo debía mantenerme muy al margen, dado que si me acercaba a menos de 100 m se volaban todos los buitres. Hicimos varias pruebas, metiéndome en el coche de Imanol y asomándome ligéramente, resultando siempre en la huida de los buitres. Lo probamos con otras personas. Si estas estaban con Imanol, las soportaban más o menos, siempre dentro de unos límites, pero si yo aparecía, volaban como si hubiesen visto al diablo.

Por lo tanto, una de las conclusiones es que los buitres son capaces de reconocer a las personas, a pesar del atuendo que lleven. Son, asimismo, capaces de fiarse de las personas que las ven como no amenaza, hasta niveles insospechados, y son capaces de aprender rápidamente.
Una vez que acabamos con el marcaje de buitres, decidimos dejarlos tranquilos, siguiendo con el estudio. En los meses después de no capturar ninguno más, los buitres empezaron a tolerarme, pero con resevas. Hoy, dos años después, pueod ir con Imanol y estar junto a él, a escasos metros de los buitres. No sin alguna mirada recelosa que otra, como el 4R2 de la foto, que me mira sin perderme de vista, sabiendo que unos años atrás lo capturé, lo anillé y estuve manoseándole para coger los datos que necesitaba.


NUESTRO APRENDIZAJE

Tras todos estos años estudiando los buitres hemos aprendido gran cantidad de cosas, pero lo seguro es que aún nos queda un mundo por descubrir. Nosotros seguimos desarrollando los estudios para poder resolver algunas de las incógnitas que existen. Aún seguiré con varias entradas más en este blog sobre otros resultados obtenidos y publicados.
Mi ética me hace plantearme si lo que hacemos está bien o mal: acostumbrar a los buitres a nuestra presencia. Por otro lado, muchos de los avances en el conocimiento de la especie los hemos conseguido así, lo que pdorá repercutir en un modelo de gestión y conservación adecuado, ¡espero! Lo que si está claro es que esto no se puede hacer sin las autorizaciones pertinentes y sin el consentimiento de la gente de la zona. En este sentido, en la zona de estudio existe buena relación con los vecinos y nnuca hemos tenido ningún roce. No obstante, en las primeras etapas si tuvimos problemas y hubo que desistir de muchas zonas de interés para evitar problemas con algunos pastores que no veían con buenos ojos que la gente pudier estar haciendo cosas de interés con los buitres, ni siquiera para tratar de encontrar soluciones para los "ataques".





 

sábado, 5 de octubre de 2013

BUITRE LEONADO: REPRODUCCIÓN

Los buitres leonados comienzan el celo y los preparativos del nido en invierno, en noviembre e incluso antes. No obstante, su inversión en cuanto al esfuerzo y el tiempo, se hace patente en diciembre y enero, cuando ambos adultos permanecen juntos durante casi todo el día, intercambiándose caricias, volando juntos, copulando y aportando material al nido.
En este perido los buitres pueden pasar largas horas en la pared, junto al nido, sin comer. Se entiende que es un compromiso entre la ingesta de energía y los problemas derivados de dejar sólo el nido y la pareja. Cuanto más tiempo cerca del nido, menos problemas de robos de material, o del propio nido, y reducen las probabilidades de cópulas extraparentales. Además, se afirman los lazos de pareja que serán de gran utilidad para los meses venideros.
A finales de diciembre ya se pueden ver algunos nidos con huevo, los menos, aumentando en enero y sobre todo en febrero. Los más tardíos pueden esperarse hasta primeros de marzo.
Nosotros valoramos el esfuerzo de muestreo y las posibilidades de localizar el máximo número de parejas echadas, de forma que comenzamos el seguimiento sistemático de los nidos en febrero. Lo que no quita para que en enero comencemos a revisar algunas parejas.
Normalmente nos colocamos a una distanica prudencial, a veces a más de 1 km, y con el telescopio revisamos todas las paredes de arriba a abajo. Permanecemos varias horas delante de cada pared de forma que podamos ver recambios de pareja (el macho o la hembra sustituyen al que estaba echado para compartir las labores de incubación) en aquellos nidos fuera del alcance de nuestra vista.
En la siguiente foto se muestra una de las paredes con varios nidos de buitre leonado. La foto esta sacada desde uno de los puntos desde el que revisamos los nidos.
 
 
Una vez detectados los nidos, se apuntan en ortofotos en las que tenemos identificados los nidos de años anteriores con un código relacionado con la base de datos y con las capas shp del GIS. Posteriormente, delante del ordenador, se pone al día todos los registros de forma sistemática.
En abril y mayo regresamos a revisar todos los nidos para ver los que siguen adelante, así como constatar algunas puestas tardías.
En junio realizamos el anillamiento de los pollos de algunos de los nidos, cuando los pollos ya están emplumados, termorregulan perfectamente, pero las plumas de vuelo aún tienen que crecer más de 10 cm.
En la foto se observa un pollo de buitre anillado en junio en el Parque Natural de Urkiola. Este pollo aún no tiene fuerza suficiente como para saltar, ni mucho menos capacidad para volar. Por lo que es el momento ideal para anillarlos sin correr ningún riesgo, salvo algún intento de picotazo (aunque aún no tienen fuerzo en el pico)
 

Como se puede contemplar en la siguiente foto, el manejo de los pollos no resulta, para nada, complicado.


 
Entre junio y julio realizamos el último repaso a todos los nidos, para ver cuales tienen el pollo grande, listo para volar, y por tanto, han tenido éxito en la reproducción. En este periodo se observa a los pollos totalmente emplumados, con su pico y ojos negros y el cuello blanco, haciendo ejercicios de vuelo.
Durante las primeras semanas de julio ya hay algún pollo adelantado que ha saltado del nido, pero lo normal es que comiencen a mediados de julio, y vayan saltando poco a poco y uniéndose a los bandos en busca de alimento.
Durante los primeros días se pueden ver grupitos de jóvenes posados en rocas y volando juntos, preparándose para lo que va a ser su gran periplo (Esto lo presentaré en una próxima entrada).
 
En la siguiente figura se muestan los datos de éxito reproductor de los buitres leonados en Bizkaia en los últimos años. Por un lado se muestran los nidos monitorizados con respecto al número de parejas que incian la reproducción. Hasta 2008 no seguíamos todos los nidos de Bizkaia, pero a partir de esa fecha aplicamos el protocolo descrito a absolutamente todos los nidos d ebuitre leonado de Bizkaia, de ahí que coincidan los círculos rojos con los triángulos azules. Por otro lado se muestra, en barras grises, el éxito reprodcutor, medido como el número de pollos que vuelan con respecto al número de parejas que inicia la reproducción.

 
 
Los resultados son bastante elocuentes. Si tomamos como referencia los datos a partir del año 2005, vemos que el éxito reproductor estaba en torno a 0,5-0,6 pollos/pareja que inicia, En 2007, como consecuencia de las medidas aplicadas para paliar el problema de las "vacas locas", el éxito se redujo considerablemente. Posteriormente fue recuperándose en torno a los niveles habituales, condicinados por factores climáticos, además de los alti-bajos en la disponibilidad de alimento.
Así, en 2012 y 2013 se han obtenido valores de 0,44 y 0,46 pollos/pareja que inicia, respectivamente. Estos valores por debajo de lo "habitual" estuvieron condicionados por las abundantes lluvias de invierno y primavera. De hecho, en estos dos últimos años hemos batido varios récords de cantidad de lluvia caída, lo que causó la pérdida de muchos, o casi todos, los nidos expuestos, y la muerte por debilitamiento y enfermedad de pollos de nidos no expuestos. Evidentemente, durante los interminables días de lluvia intensa, los adultos no pueden alimentarse, no pueden cebar a los pollos pequeños y, unido al frío y a la humedad relativa, tanto adultos como pollos se van debilitando, incrementándose las probabilidades de sufrir enfermedades por inmunodepresión. Estas enfermedades, como un mero resfriado, son las últimas causantes de la muerte de los pollos, si el hambre no lo ha hecho antes.
Aún con todo, casi la mitad de las parejas son capaces de superar las adeversidades y sacar adelante su pollo.