sábado, 21 de septiembre de 2013

BUITRE LEONADO. CAPTURANDO BUITRES II

La jaula para capturar buitres funciona muy bien si se cuenta con un lugar adecuado, protegido de comportamientos "incívicos". Esto no era posible, allá por los años 2006 y 2007, debido a una creciente atmósfera de malestar en el entorno rural por la presencia de los buitres, fruto de la probemática de la crisis de las vacas locas.
Por lo tanto, hicimos una trampa de suelo. Se trataba de un sistema de electroimanes que disparaba, activado por control remoto, una red de 8 x 8 m. En este caso debíamos colocar la red el mismo día del intento de captura, cebando después de su colocación. En plena crisis de falta de alimento en el campo por la retirada sistemática de cadáveres y el cierre de los muladares, el comportamiento de los buitres estaba cambiando (como mostraré en una próxima entrada), y si un año atrás resultaba impensable que te bajasen los buitres en cualquier lugar y sin cebarlos primero, en aquel momento ya contábamos que el hambre los iba a hacer bajar el mismo día que les colocásemos la comida.

En la siguiente imagen se observa a Imanol Gómez (ingeniero), retirando plásticos y otros restos no orgánicos de la carne (restos cárnicos procedentes de carnicerías para el consumo humano). Al lado ya estaba camuflada la red.


Como era de esparar, no tardaron en bajar los buitres, acercándose poco a poco, hasta que entraron a comer. Entonces disparamos la red y cogimos 16 ejemplares, pero para cuando llegamos al lugar, habían corrido debajo de la red y se habían escapado todos.


Volvimos a colocar todo y lo volvimos a intentar. Pero, en esta ocasión, Imanol se iba a acercar con cuidado para estar a una distancia suficientemente corta como para que no se escapasen los buitres de la red. La foto habla por si misma.


Disparamos y capturamos otros tantos, pero para cuando Imanol recorrió los escasos 20 m de distancia, todos habían volado.
Así que tuvimos que encargar una red nueva, con luz de malla más grande. Mientras esta llegaba lo intentamos en otros lugares colocando topes en la red, situándonos a pocos metros en un hide, etc. No cogimos ninguno.
Cuando llegó la red apropiada volvimos a intentarlo y esta vez sí. Sólo entró un buitre que capturamos y anillamos. Después capturamos otros dos, pero nos dimos cuenta que los buitres nos habían cogido el truco y no volvió a resultar. Por mucho que escondiésemos la red, los buitres sospechaban donde estaban y aunque bajaran, no tocaban la comida que estaba en el radio de acción de la trampa, pero si la que estaba en los bordes. ¡Sorprendente como aprenden! 

Por lo tanto, no nos quedaba otra que ingeniar otro método de captura. Así que ideamos un lazo disparado a control remoto. Al principio compramos un hilo de pescar peces grandes de 60 kg de resistencia. Colocamos el lazo, pusimos la comida y nos bajaron los buitres. Con el telescópio controlábamos que buitres entraban dentro del radio del lazo. Queríamos coger ejemplares adultos no anillados. Así que cuando uno de ellos entró, disparamos y lo cogimos. Mientras corríamos, el buitre echo a volar con el lazo en la pata. El lazo estaba atado a una goma de 8 m que reducía tensiones e impedía que el animal se hiciese daño. Aún así, el buitre partio el hilo de pescar como si fuese de mantequilla. Afortunadamente, los lazos que hacemos se abren si se deja de hacer presión, por lo que lo tuvo fácil para librarse del resto que le quedaba colgando en la pata.

Asombrados por lo que habíamos visto, cogimos el hilo y lo trenzamos con tres tiras. Pues bien, repetimos la operación y el buitre que cayò echo a volar como el otro y cuando se vio atrapado volvió la cabeza, dió un picotazo al hilo tensado y lo corto como si fuese de papel.

Visto que el sistema tampoco funcionaba, compramos un hilo de acero plastificado para pescar congrios. Este hilo lo unimos a la goma y ¡Eureka!. Funcionó perfectamente. Durante las siguientes semanas fuimos capturando buitres "a la carta", hasta que los buitres volvieron a aprender y empezaron a esquivar el sistema.

Ainara a punto de liberar un buitre recién marcado (al otro lado de la valla).


Por último, de forma totalmente casual, coloqué una serie de lazos (cable acerado + goma elástica) de forma caótica y resultó ser la forma más fácil de capturar buitres, sin que ellos se enterasen. De hecho, podíamos ir capturando buitres mientras los demás comían, incluso el capturado iba comiendo como si nada.

En la foto se observa un buitre marcado con el cable en la pata. Los buitres de alrededor ni siquiera se habían enterado que uno de ellos estaba ya atrapado. A decir verdad, él tampoco lo sabía.


Durante estos años hemos anillado más de 200 buitres utilizando un amplio abanico de métodos de captura, además de los ejemplares que ingresaban en el centro de recuperación de fauna silvestre de Bizkaia. El seguimiento estandarizado de estos ejemplares es lo que nos ha permitido desvelar una serie de incógnitas que iré presentando en las siguientes entradas.
Nunca hemos tenido que lamentar ningún daño a ningún buitre y ninguno de nosotros ha sufrido el más mínimo rasguño manejándolos, ni siquiera cuando capturábamos los ejemplares dentro de las jaula.


BUITRE LEONADO: MANEJO EN MANO



Cualquiera que vea en el campo un buitre piensa en un ave poderosa, fuerte y un tanto "cochina", como es el caso del ejemplar de la foto, que se había dado un festín en el cadaver reciente de un jabalí. Por lo tanto, manejar un ave así puede parecer difícil, peligroso, sucio,... De hecho, yo he visto en varias ocasiones a gente manipulando buitres y, menos práctico, parecía cualquier cosa.

A continuación describo un método sencillo, fácil y eficaz para manipular a un buitre sin esfuerzo y sin molestias para el ave.

Normalmente cuando estamos manipulando un buitre no estamos a hacer fotos, sino que vamos concentrados en lo que hay que hacer para minimizar los tiempos y el estrés. No obstante, en esta ocasión saqué una foto para mostrar lo que voy a describir.
El modelo es el Dr Jose Antonio González Oreja, un buen ecólogo, amigo desde la carrera, que vino el día de la foto por primera vez a anillar buitres. Cogimos cinco buitres y le puse en salsa desde el principio. El jamás había manipulado un buitre, pero le pareció bastante fácil.
Nota: en la foto se ve la cara del buitre, pero normalmente les tapamos la cabeza con un trapo, dado que al tener inteligencia visual, si se le impide la visión se tranquilizan bastante. A esto hay que sumar un manejo tranquilo y una voz suave para transmitirle una sensación de tranquilidad, que suele funcionar muy bien.



La cosa consiste en sentarse en el suelo, como Jose, abrir las piernas y colocar la espalda del buitre entre tus piernas. Seguido se hace una ligera presión con los muslos para impedir movimientos bruscos del ave. Una mano sujeta la cabeza del buitre como en la foto, y la otra mano las dos patas. Esta postura no requiere ningún esfuerzo. 
Nota: no hay que hacer fuerza con las manos, simplemente sujetar con firmeza.

Mientras Jose sujeta el buitre, yo lo anillo y lo voy midiendo (primero tarsos). Para medir las alas, las plumas de vuelo y el antebrazo, Jose dobla la rodilla hacia arriba, yo saco el ala por debajo de su rodilla, la extiendo y la mido sin ningún esfuerzo. aprovecho la postura para tomar las mudas (pluma por pluma). Luego el otro ala. Finalmente, para medir el pico y la cabeza, yo pongo la mano izquierda encima de la de Jose y sujeto la cabeza del buitre mientras Jose la retira. Con la mano derecha manejo el calibre y tomo medidas, además de datos sobre el color del pico, del iris, la gorguera, etc.
Todo el proceso apenas dura 10 min, no hay que amordazar al buitre, no se corre ningún riesgo de picotazo y, lo que resulta más conveniente, se puede hacer perfectamente entrre dos personas (una sujeta y otra procede).
Es más, Jose fue testigo y se quedo pasmado, al ver como los buitres que había manipulado, nada más solatrlos se unieron al resto de los buitres para seguir comiendo, como si no hubiera pasado nada.




sábado, 14 de septiembre de 2013

BUITRE LEONADO: CAPTURANDO BUITRES I

Tras varios años anillando pollos en nido, decidimos dar un paso y tratar de anillar ejemplares adultos. Se trataba de empezar, con pasos suaves, un programa de marcaje que nos permitiese desarrollar una srie de hipótesis que se planteaban. Los tópicos que queríamos tratar estaban vinculados a una serie de términos conocidos por todos: dispersión, movimientos de forrageo, comportamiento social, supervivencia, etc, pero poco estudiados en esta especie.
Por lo tanto, en el otoño de 2004 decidimos comenzar con el trampeo. Para ello solicitamos los permisos oportunos a la Diputación Foral de Bizkaia, y en el muladar de Karrantza (el único de Bizkaia) colocamos el armazón de una jaula de 4 x 4 m y 2 m de alto. Allí la tuvimos durante julio y agosto. Luego colocamos la red, pero sin puerta. Hablamos con la persona que llevaba la comida al muladar y le pedimos que nos dejara la carne dentro de la jaula. Así un mes más, sin colocar la puerta. Finalmente, acabamos de montar la jaula y la dejamos unas semanas más para que los buitres no recelasen en absoluto.
Un buen día, de madrugada, uno de nosotros se metio en el hide, que habíamos colocado tres meses antes, y el resto se fue a 1 km de distancia tras haber colocado la comida que un día antes nos había dejado guardada la persona responsable del muladar. ¡Ni un sólo buitre bajo ese día, ni esa semana!. Lo repetimos varias veces, pero nada. 
Los buitres recelaban de la comida que no había traído la persona de siempre. ¡Ojo! porque esto cambiará en un futuro no muy lejano.
Finalmente, hablamos con el responsable del muladar y quedamos con él para sincronizarnos. Yo me metí en el hide antes de amanecer, esperé a que llegase el camión y vi como los buitres bajaban antes de que parase. El responsable abrió la puerta y ya tenía una comitiva de 100 buitres a su alrededor, esperando como perritos al hueso. Retiro los restos de la vez anterior, y comenzó a echar la comida. Los buitres se lanzaron rápidamente para no perder bocado. Mientras se entretenían con aquello, metió parte de la comida en la jaula y se fue retirando. Cuando el camión se fue, los buitres acabaron con lo que había fuera de la jaula y comenzaron a acercarse a la entrada. Uno, dos, cinco, diez, conté hasta quince y cerré la puerta. No convenía atrapar muchos, dado que debíamos proceder con cada uno de ellos de forma completa y no queríamos retenerlos demasiado tiempo. La seguridad y bienestar del animal siempre es lo primero.

En la foto se muestra aquella primera captura.


Tras la captura todo estaba protocolarizado, así que empezamos rápidamente a funcionar. Un equipo entraba en la juala y sacaba un ejemplar. Lo llevaba lejos de la vista del resto, para evitar estreses, y allí lo anillaban con anilla oficial de la S.C. Aranzadi y otra de PVC de color (amarillo) con código alfanumérico. Además, extraían una muestra de sangre para posteriores análisis. Este equipo se lo pasaba al segundo, encargados de tomar las medidas biométricas, y este a un tercero que hacía el patrón de muda, las fotos y lo liberaba.

En la imagen de abajo están Iñaki Castillo (veterinario) y Lander Astorkia (biólogo) cogiendo uno de los ejemplares y colocándole una caperuza para reducir su estrés.

 
Iñaki Castillo extrayendo sangre al buitre 4UX (que nos lo encontraríamos varias veces en los siguientes años), mientras Lander Astorkia se lo sujetaba.


Sonia Hidalgo (bióloga) y Ainara Azkona (bióloga) colocando al ejemplar 4U3 para sacarle las fotos estandarizadas de las alas para documentar la muda. El plástico gris de abajo es un fondo neutro para equilibrar el balance de blancos en las fotos de mudas y poder corregir desajustes de color, brillo y contraste en un futuro.


Ainara Azkona y Jabi Zabala (Dr, Biólogo) colocando de forma apropiada al 4UC para la obtención de las fotos de muda.



Ainara y Sonia liberando al 4UT, que será llamado matusarén y que le volveremos a ver en más de 50 ocasiones, siendo uno de nuestros buitres favoritos.


Posteriormente, repetimos las capturas con éxito en varias ocasiones más, hasta que un día nos encontramos con la jaula rota por vandalismo (el muladar esta cerrado al público). La arreglamos y seguimos con el trabajo, hasta que un día nos la encontramos otra vez rota, esta vez a conciencia. Entendimos el mensaje, y dejamos el método y el lugar.

El invierno siguiente llegamos a un acuerdo de colaboración con -Karpin Abentura-, también en Karrantza. Colocamos la jaula en el mismo cerrado donde tienen varios buitres irrecuperables y en donde solían bajar los buitres salvajes (en poco número) cada vez que echaban comida a los cautivos. Allí repetimos varias jornadas, infructuosas debido al gran número de cuervos flotantes que ocupan el parque ecológico y que no dejaban a los buitres entrar a por la comida. Parece mentira que un ave de poco más de 1 kg pueda amedrentar a otra de cerca de 10 kg, pero cuando se juntaban varias docenas de cuervos se hacían los señores de la comida y echaban a picotazos a los buitres. Así que decidimos capturar los cuervos y anillarlos, con el propósito de hacerles desistir de entrar en la jaula. El caso es que en dos días anillamos algo más de 70 cuervos y en los siguientes días recapturamos muchos de ellos, con lo que el "susto" no funcionaba. Por lo tanto, con sólo un buitre capturado y todo un invierno intentándolo, ¡lo dejamos!





domingo, 8 de septiembre de 2013

EL BUITRE LEONADO GYPS FULVUS. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN


Grupo de buitres leonados una vez acabada una carroña, aguardando para echar a volar todos a la vez.

En el año 2000 comenzamos a anillar pollos de buitre leonado en nidos situados en unas pocas colonias de Bizkaia. Al comienzo sólo seguíamos esos nidos y monitorizábamos su éxito reproductor. No obstante, poco a poco y año a año fuimos ampliando nuestro interés por la especie y cubriendo el resto de las colonias de Bizkaia, hasta controlarlas todas todos los años.

En la foto están Agurtzane Iraeta (hoy Secretraria de la Oficina de Anillamiento de la S.C. Aranzadi) y Ainara Azkona (hoy investigadora del Urdaibai Bird Centre, S.C. Aranzadi). En aquel entonces eran dos biólogas recién licenciadas que empezaban su camino en el mundo de las rapaces. En este caso, tomando nota de las biometrías de un pollo de buitre en una colonia de nueva formación en Truzios (oeste de Bizkaia).

Foto simultánea a la anterior en la que Julen Zuberogoitia anillaba y tomaba datos biométricos de un pollo de buitre, el primero que nacía en aquella nueva colonia (Turzios). De hecho, este nido pertenecía al alimoche, que tuvo que desplazarse a otro hueco no muy lejano.

En la siguiente figura se muestra una cronología de aparición de colonias de buitre leonado en Bizkaia. Este mapa se generó en 2007.
En cambio, esta otra figura (abajo) ha sido generada en 2013, con los datos acumulados de todos los nidos de buitre leonado seguidos desde 2000 hasta 2013. En este nuevo mapa se observa que aún se han ido formando nuevas colonias en los últimos años, aunque de una forma más puntual. En el mapa se muestra, además, la áreas de la Red Natura 2000 (polígonos girs claros), observándose que la mayoría de las colonias de buitres entran dentro de espacios protegidos (Parque Natural de Urkiola, ZEPA y ZEC Sierra Salvada, Paruqe Natural de Ranero-Armañón).



En la siguiente figura se muestra como ha sido la evolución de los nidos y colonias de buitre leonado en Bizkaia, desde que comenzaron a criar (tras haberse extinguido) a finales de los setenta en el Mugarra (Parque Natural de Urkiola), hasta hoy, 2013. A partir del año 2008 es cuando comenzamos el seguimineto intensivo de todos los nidos de Bizkaia, hasta entonces los censos estuvieron separados en el tiempo. Para más detalles se puede consultar:
 Zuberogoitia, I., Álvarez, K., Olano, M., Rodríguez, A.F. & Arambarri, R. 2009. Avian Stavanger populations in the Basqeu Country: status, distribution and breeding parameters. In Donázar, J.A., Margalida, A. & Campion, D. (Eds.). Vultures, feeding stations and sanitary legislation: a conflict and its consequences from the perspectiva of conservation biology. Monograph Munibe, nº 29: 34-65. 
En la figura se observa que en las décadas de los ochenta y noventa, así como en los primeros años de los 2000, se dió un incremento exponencial de la población. De hecho, los buitres reocupaban antiguos nichos de una forma asombrosamente rápida y exitosa. El crecimiento de la población ibérica en las últimas décadas, fruto del esfuerzo de conservación, tuvo como consecuencia la presencia de una población flotante que se expandía hacia las áreas vecinas, reocupando feudos históricos.
No obstante, a mediados de los años 2000 surgió la crisis de las vacas locas (la encefalopatia espongiforme bovina) con la retirada de cadáveres del campo, la fiebre de los "ataques" de los buitres al ganado y un cambio en el comportamiento de los buitres (lo trataré ne la próxima entrada) y lo que fue más importante, un cambio en la percepción del mundo rural sobre el papel de los buitres, pasando de ser los basureros que limpian el campo de cadáveres, a ser "super-depredadores". Obviamente, este cambio no fue fruto de una evolución natural de la especie, sino fruto de una alarma social generada por una situación de hambruna y una oportunidad de algunos para lucrarse a costa del crédito de los buitres.
Como consecuencia de todo aquel revuelo se incrementó notablemenete la persecución sobre los buitres, dándose numerosos casos de muerte por disparo y algunos casos de envenenamiento por fitosanitarios y rodenticidas. No se sabe si como consecuencia de esto, o por alcanzar el límite de carga del medio para acoger lugares aptos de nidificación de la especie, la evolución de la población se frenó, alcanzando una meseta en torno a las 100-105 parejas reproductoras. En la figura, además, se observa un desplome en 2013 de la población reproductora, de un 20% con respecto a los años anteriores. Este desplome puede ser un efecto de las condiciones meteorológicas, más que una tendencia.


En la siguiente figura se muestran los valores medios de precipitación de enero (azul) y febrero (naranja) obtenidos en nueve estaciones meteorológicas repartidas por las proximidades de las colonias de los buitres en Bizkaia (www.euskalmet.net), salvo en el caso del año 2013, que sólo se consideraron los datos de Urkiola (puntos de arriba) y de Deusto (puntos de abajo), por no estar disponible aún la información en la página web. En cualquier caso, la figura habla por si sola. Las lluvias en enero y febrero duplicaron o triplicaron los valores máximos registrados en los últimos 12 años. Los buitres están en pleno proceso de cópulas, arreglo de nidos, puesta e incubación durante enero y febrero (algunos se pueden adelantar a diciembre). Las lluvias intensas y continuas reducen las posibilidades de campear en busca de alimento, incrementan la pérdida de energía para mantener la temperatura basal e incrementan la humedad en el nido. Con todo, las hembras se debilitan y muchas de ellas no llegan a poner el huevo, o de las que lo pusieron algunas, situadas en nidos expuestos, perdieron la puesta en pocos días. Con todo, para cuando comenzamos a controlar los nidos (febrero, como todos los años) ya podrían haberse perdido algunos. Por lo tanto, la tendencia real de la población la podremos valorar en los sucesivos años.